Las empresas que invierten no sólo en la excelencia en el dominio técnico de idiomas, sino en la creación de una cultura lingüística y de entendimiento -fomentando la multiculturalidad en la empresa- tienen una clara ventaja en el actual marco internacional, según el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial.
De esta forma, la capacidad de operar en un mercado cambiante, y en muchos casos en múltiples países, no solo requiere de un buen producto o servicio y de habilidades técnicas y operacionales. También se necesita una competencia clave: la comunicación efectiva.
6 pasos para afrontar con éxito la multiculturalidad en la empresa
- Definir el idioma común. Con la internacionalización de las empresas, el uso de un segundo idioma no sólo se da con proveedores o clientes, sino también internamente. Aunque el inglés se ha convertido en el esperanto de los negocios, algunas compañías usan los idiomas locales como lengua común de su empresa. Por tanto, es necesario detectar qué idioma es el usado por la compañía.
- Definir los objetivos de formación. Una vez definido el idioma, debe establecerse el nivel competencial para cada puesto: no hace el mismo uso del idioma el personal de recepción (fórmulas para recibir visitas) que la responsable de ventas internacionales. Cada puesto deberá tener no sólo un nivel objetivo, sino unos objetivos específicos en el idioma, necesarios para el desempeño del puesto de trabajo.
- Detectar las necesidades de formación. En este punto determinamos la situación de dominio del idioma común entre los empleados. Esto se realiza a través de una auditoría de nivel, donde se mide el nivel competencial real de los alumnos, tanto de sus habilidades pasivas en el idioma como de las activas. Esta medición proporcionará la información sobre el colectivo o personas clave que necesitan mejorar.
- Informar a los alumnos. El éxito de todo el plan depende de que los alumnos estén involucrados en el plan de idiomas. Para ello, se les debe de informar de todo el plan, los objetivos que se deben alcanzar, la frecuencia de las clases y los criterios de permanencia.
- Determinar el colectivo final. Una vez informados del plan, se define el colectivo de alumnos que recibirán formación. Muchos alumnos se caerán del plan de idiomas porque no puedan cumplir con los criterios de permanencia. Es preferible que un alumno renuncie a la formación antes de empezar, que abandone el plan una vez arrancado.
- Elegir un socio de formación. Un partner que esté alineado con los objetivos de formación, que gestione de manera integral todo el plan de idiomas, que ofrezca un plan robusto y fiable, que controle su buena marcha, resuelva las incidencias y emita todos los informes puntuales y periódicos para el departamento de formación.
La ventaja competitiva de la cultura lingüística
En un entorno globalizado, una cultura lingüística sólida y actualizada es esencial para que las empresas resulten competitivas. Según el EF English Proficiency Index (2023), el dominio del inglés se ha convertido en requisito imprescindible en sectores como la tecnología, las finanzas y el comercio exterior.
Dicho informe indica que el 60% de las empresas en sectores globales han implementado el inglés como idioma común en sus operaciones internas, especialmente en departamentos clave como desarrollo de productos y ventas.
