Smart City Revolution
Soluciones digitales para impulsar la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades
La digitalización ha traído consigo un sinfín de herramientas al servicio de la gestión municipal. Soluciones pensadas para transformar las ciudades en espacios más eficientes, sostenibles y centrados en las personas. Hablamos de Smart Cities, ejemplos donde la tecnología no solo impulsa el negocio, sino que también mejora los servicios públicos. Cada vez más Administraciones apuestan por esta evolución urbana: de hecho, cerca del 60% considera que el 5G será clave en su desarrollo. En este post, analizamos el potencial de estas innovaciones.
En palabras de Natalia Olson-Urtecho, exConsejera de Innovación de la Casa Blanca, “el 5G tiene características esenciales para hacer que las infraestructuras estén conectadas; así, la velocidad, la capacidad de conectar muchos objetos o el bajo tiempo de respuesta (latencia), lograrán que, por ejemplo, nuestras carreteras se puedan conectar con los coches, y con los drones”.
En este sentido, Olson-Urtecho también señala que “es necesario adoptar una mentalidad que mire al próximo siglo; que se adelante a lo que pueda venir incluso más allá de las próximas décadas. El futuro va a estar ligado a la información que conecte cosas (IoT) que estén a nuestro servicio, y ello debe tenerse en cuenta en el diseño de las nuevas infraestructuras”.
Ha llegado el momento de hacernos la gran pregunta: ¿Cómo de reales son estas soluciones tecnológicas? ¿De qué herramientas puede disponer una ciudad para pasar a la categoría de «inteligente»?
Uno de los primeros pasos hacia una ciudad más eficiente es el control automatizado del alumbrado. Gracias a sistemas de gestión lumínica inteligentes, es posible monitorizar y adaptar la intensidad de la iluminación urbana según la hora del día, la presencia de personas o las condiciones meteorológicas. Esto se traduce en un menor consumo energético y una mayor seguridad para los ciudadanos.
Mejora de la eficiencia energética en instalaciones municipales con sensores que miden y regulan el consumo. Las instalaciones municipales pueden convertirse en modelos de sostenibilidad si se optimiza su consumo. Mediante sensores inteligentes que recogen datos sobre temperatura, humedad, ocupación y consumo eléctrico, se puede regular el uso de climatización e iluminación en tiempo real, reduciendo costes y emisiones.
El aparcamiento inteligente permite gestionar en tiempo real las plazas disponibles en una ciudad. A través de sensores y plataformas digitales, tanto usuarios como responsables municipales pueden saber cuántas plazas hay libres, en qué zonas y en qué horarios. Esto reduce la circulación innecesaria, ahorra tiempo y disminuye las emisiones contaminantes.
La gestión de la afluencia de personas en espacios públicos, estaciones de transporte o zonas de eventos es clave para garantizar la seguridad y la eficiencia. Las smart cities emplean cámaras y sistemas de conteo automatizado para conocer en tiempo real cuántas personas acceden a un espacio determinado, permitiendo tomar decisiones rápidas y adaptadas a cada situación.
Los sensores instalados en contenedores permiten conocer su nivel de llenado, temperatura o si hay algún problema técnico. Gracias a esta información, se pueden optimizar las rutas de recogida, evitar desbordamientos y reducir el gasto energético de los servicios de limpieza, mejorando la sostenibilidad del sistema de gestión de residuos urbanos.
El riego automatizado y conectado permite ajustar la cantidad de agua utilizada según factores como la humedad del suelo, la previsión meteorológica o la época del año. Este tipo de sistemas contribuye a un uso más racional del agua, reduciendo el desperdicio y garantizando el buen estado de las zonas verdes municipales.
Las estaciones de medición conectadas permiten monitorizar en tiempo real los niveles de partículas, gases contaminantes y otros indicadores clave de la calidad del aire. Esta información no solo ayuda a proteger la salud pública, sino que también puede ser utilizada para diseñar políticas medioambientales más efectivas y responder ante picos de contaminación.
El uso de sensores, cámaras y sistemas de geolocalización permite recopilar datos de tráfico en tiempo real. Con ellos, las ciudades pueden gestionar mejor los flujos de vehículos, reducir atascos, establecer rutas alternativas o adaptar la señalización. Además de mejorar la movilidad, se reducen las emisiones contaminantes y se incrementa la seguridad vial.
Ninguna de estas soluciones para Smart Cities serán posibles si no se da antes cobertura a través de:
De todas estas herramientas se extraen datos desde múltiples fuentes y dispositivos. Estos, a su vez, son integrados y gestionados bajo reglas y modelos algorítmicos que permiten transformarlos en información relevante tanto para los ciudadanos como para los gestores públicos, a los que ayudarán a tomar mejores decisiones y más adaptadas a las necesidades de la ciudad.