APD SUITE
¿Son realmente efectivos los diferentes tipos de incentivos laborales? Según un estudio elaborado conjuntamente por Opener Institute for People y el prestigioso Wall Street Journal, los empleados felices están un 36 % más motivados y son un 31 % más eficientes. Para conseguir equipos tan comprometidos como eficaces, existen diferentes recursos laborales que puedes implementar en tu empresa.
Los incentivos son aquello que impulsa a las personas a mejorar en ciertas tareas o aspectos. Se puede considerar como un beneficio tras alcanzar una meta. Por tanto, un incentivo es algo que motiva a una persona para hacer mejor y más rápido una tarea concreta, mejorando su rendimiento.
¿Cuáles son las opciones que tienen los directivos de las empresas para conseguir aumentar el compromiso y los resultados de sus empleados? Principalmente, pueden diferenciarse las técnicas de incentivos laborales en económicas y no económicas.
Los empleados felices están un 36 % más motivados y son un 31 % más eficientes
Estos incentivos llevan asociada una retribución económica al salario habitual, lo que supone obtener dinero extra o una mejora salarial. Su impacto en el trabajador puede ser notable y eso tendrá una repercusión en su productividad. Estos son los incentivos de índole económica más habituales.
Las dinámicas de motivación con incentivos no económicos comprenden aquellos beneficios que las empresas ofrecen a sus trabajadores. Estos incentivos mejoran las condiciones laborales de los empleados y se utilizan con gran éxito desde hace un tiempo en diferentes organizaciones. Algunos de estos beneficios o incentivos no monetarios son:
A la hora de escoger entre los diferentes tipos de incentivos laborales, es necesario conocer cuál es el objetivo que se persigue (motivación, productividad, lealtad…). Además, es fundamental escuchar de forma activa y observar a los equipos para acertar con las soluciones. Cada organización debe analizar las circunstancias particulares de los beneficiarios. De este modo, será más fácil escoger los incentivos laborales que se ajusten a las necesidades específicas de los trabajadores.
Por otro lado, a la hora de diseñar este programa de incentivos se debe tener en cuenta que hay que beneficiar no solo al trabajador, sino también a la empresa. Es fundamental que no se utilicen los incentivos para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores o para fomentar una competitividad insana entre ellos. Los incentivos siempre deben ser un complemento que se añada a unas buenas condiciones laborales de base.
Los incentivos pueden ser económicos, no económicos o una mezcla de ambos, pero lo importante es que se utilicen para mejorar la situación de los empleados. El aumento de su motivación y eficiencia depende de un entorno laboral que les haga sentir a gusto.