España es el sexto país de Europa con mayor tasa de prejubilaciones por trabajador entre los 50 y 69 años. Entender qué es la prejubilación y cómo funciona es esencial para las empresas que buscan estrategias efectivas de gestión de recursos humanos, ya que ofrece múltiples beneficios no solo para los empleados, sino también para las organizaciones.
En esencia, la prejubilación es un acuerdo privado entre empresa y trabajador. Su objetivo es poner fin a la relación contractual vigente antes de la jubilación del trabajador. Se trata de una situación transitoria entre el cese de la vida laboral a tiempo completo y la edad legal de jubilación, ahora mismo establecida en 66 años de edad y 2 meses.
La prejubilación tiene una serie de ventajas para las empresas que se encuentran en situaciones complejas de reestructuración de personal
Una de las condiciones generales es que el trabajador debe tener una edad próxima a jubilarse, no menor de 55 años. De ahí en adelante se establecen de común acuerdo las condiciones entre empresa y empleado. Algo que depende de si se trata de una prejubilación total, parcial o forzosa. Así, el salario y otros aspectos como la fiscalidad pueden variar de un caso a otro.
Es un mecanismo especialmente extendido en nuestra economía desde los años ochenta y noventa. Se utiliza principalmente para la adecuación de las plantillas a las necesidades de reestructuración de grandes sectores productivos. Es el caso de la siderurgia, la minería o la construcción naval, permitiendo una salida ordenada de los trabajadores de mayor edad en las empresas. Una medida pensada precisamente para que la plantilla pueda mantener su nivel de vida hasta alcanzar la edad legal de jubilación.
¿Por qué prejubilan las empresas? La prejubilación tiene una serie de ventajas para las empresas que se encuentran en situaciones complejas de reestructuración de personal.
Los costes de llevar a cabo un plan de prejubilación frente a un despido de un empleado con muchos años de antigüedad son menores. Y eso supone un gran desahogo para las compañías que necesitan hacer una reestructuración interna por los motivos que sean.
Los despidos representan situaciones traumáticas y de mucho estrés tanto para la empresa como para los trabajadores afectados. Pero no nos olvidemos de aquellos que se quedan y son espectadores de las salidas. Las prejubilaciones pueden llegar a tener un impacto muy positivo por parte de los empleados, que ven cómo la empresa gestiona una reestructuración interna sin despidos. Al fin y al cabo, se trata de una fórmula menos traumática, lo que supone una percepción más positiva por parte de los trabajadores.
La entrada de nuevo talento a la organización trae consigo multitud de beneficios en la productividad laboral y en la eficiencia empresarial. El reto de incorporar y generar engagement en profesionales de distintas edades es uno de los más importantes en la gestión de personas. Entre otras cosas, permite la incorporación de visiones diferentes, nuevos conocimientos y habilidades novedosas.
En la mayoría de los casos, las prejubilaciones cuentan con el beneplácito de los sindicatos: empresa y empleado salen beneficiados gracias al consenso. Los sindicatos suelen proponer esta herramienta como alternativa a los ERES.
Las organizaciones son capaces de mejorar su competitividad, además tienen la posibilidad de rejuvenecer la plantilla y optimizar costes.
La prejubilación puede ser vista como una medida socialmente responsable, lo que mejora la imagen de la empresa ante la sociedad, los clientes y potenciales empleados. Al optar por una estrategia que respeta la dignidad de los trabajadores mayores y evita los traumas del despido, la empresa proyecta una imagen de compromiso con el bienestar de su personal.
La prejubilación ofrece a las empresas una herramienta flexible para ajustar su fuerza laboral a las necesidades cambiantes del mercado sin recurrir a medidas extremas como los despidos masivos. Esto permite una planificación más estratégica del personal y la posibilidad de adaptarse ágilmente a las condiciones económicas fluctuantes.
Al implementar planes de prejubilación en lugar de despidos forzosos, las empresas pueden mantener o incluso mejorar el clima laboral. Los empleados actuales pueden sentirse más seguros y valorados, lo que se traduce en una mayor motivación, compromiso y productividad. Un ambiente de trabajo positivo también atrae a nuevos talentos y retiene a los empleados valiosos.
Antes de que los empleados prejubilados dejen la empresa, hay una oportunidad para que transmitan su conocimiento, experiencia y habilidades a las generaciones más jóvenes de trabajadores. Esto puede ser particularmente valioso en organizaciones donde el conocimiento técnico o específico de la industria es crucial para el éxito empresarial.
Implementar programas de prejubilación refleja el compromiso de una empresa con la responsabilidad social, ya que demuestra cuidado y respeto por el bienestar a largo plazo de sus empleados. Esto puede mejorar la reputación de la empresa y fortalecer su marca, lo cual es especialmente importante en mercados donde los consumidores valoran la ética empresarial.
Estas son algunas de las dudas más frecuentes sobre la prejubilación:
Esta es una de las preguntas más habituales a la hora de preguntarse cómo prejubilar a un trabajador. Lo más frecuente es que el plan de prejubilación se configure a través de la emisión de pólizas de seguro. Para la adecuada instrumentación de los flujos que resulten de las desvinculaciones, el abono de las cantidades se suele realizar a través de las compañías aseguradoras.
La solución más usada es que la empresa negocie un convenio especial con la Seguridad Social a nombre del trabajador. La empresa se encarga de abonar al empleado una cantidad para que este pague a la Seguridad Social la cotización que le correspondería. Y, si se trata de una prejubilación parcial, complementa esa cantidad a cotizar, como si el trabajador mantuviese su actividad a tiempo completo.
Son conceptos que muchas veces generan confusión e incluso se usan incorrectamente. Cuando hablamos de acceder a la jubilación anticipada nos referimos a la posibilidad de que un trabajador, bien por causas forzosas (como un ERE) o voluntarias, pueda acceder a su pensión pública hasta con dos años de anticipación, siempre y cuando tenga un mínimo de años cotizados. En todo caso, esta opción conlleva una pérdida económica, ya que dependiendo de los años cotizados y lo que se anticipe la jubilación, se descontará un porcentaje de la pensión pública.
Sin embargo, muchas empresas permiten que el trabajador se retire de su actividad laboral antes a través de las prejubilaciones, en las que, a diferencia de la jubilación anticipada, es la propia empresa quien garantiza el pago de la compensación económica hasta llegada la edad de jubilación, que generalmente suele venir acompañada de una disminución en su salario.
Sin duda, las prejubilaciones representan el sistema menos traumático para una desvinculación laboral. De hecho, son consideradas en muchos casos como un ‘premio’ a la hora de culminar la carrera profesional de los trabajadores. La empresa, por su parte, ha de garantizar a la persona trabajadora unas rentas periódicas y cotizaciones a la Seguridad Social, desde la fecha de extinción de su contrato hasta una posible edad de acceso a su jubilación.