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¿En qué consiste la bioeconomía o economía ecológica y cómo se desarrolla?

La bioeconomía o economía ecológica es la ciencia de la gestión de la sostenibilidad. Lo que buscan es conseguir que el desarrollo social y económico pueda sustentarse con los recursos de los que disponemos. Así pues, esta no puede considerarse como una rama económica sino que se trata de un campo de estudio que abarca diversas disciplinas.

La importancia de la bioeconomía

Esta tipología de economía tiene una importancia elevada debido a que el mundo es finito y los recursos naturales se agotan. Uno de los padres de esta teoría fue Nicholas Georgescu-Roegen quien publicó La ley de la entropía y el proceso económico.

Según él, no incluir las leyes de la biología y la termodinámica en la economía era un grave error. Aunque en su momento fue considerado un pesimista debido a que la realidad era muy diferente y a que lo que enunciaba iba totalmente en contra del orden económico tradicional, hoy en día sus premisas se toman muy en cuenta ya que el contexto que él definió se está cumpliendo.

En 2050 la ONU estima que en el mundo habrá un total de 9.000 millones de habitantes. Para el año 2030 se habrán generado un millón de empleos verdes.

Algunos de los factores que denotan la importancia de esta forma de concebir la economía son, por ejemplo, el hecho de que en 2050 la ONU estima que en el mundo habrá un total de 9.000 millones de habitantes. Pero además, cada vez hay menos petróleo y aumenta la escasez de agua por no hablar del cambio climático.

Esto es una realidad de la que Europa se ha percatado. Por ello, desde Bruselas quieren emprender una serie de reformas del sistema económico y productivo de forma que se reduzca la contaminación y los procesos se hagan de forma más respetuosa con el ambiente. Se estima que para el año 2030 se habrán generado un millón de empleos verdes.

Así pues, no es nada desacertado reflexionar acerca de su frase: «somos una de las especies biológicas de este planeta, y como tal estamos sometidos a todas las leyes que gobiernan la existencia de la vida terrestre».

El objetivo de la bioeconomía

En cuanto al objetivo de este tipo de economía, hay que apuntar que busca la producción y comercialización de alimentos, productos forestales, bioproductos y bioenergía. Es decir, que todo lo que se comercialice se pueda crear mediante transformaciones físicas, químicas, bioquímicas o biológicas de todo lo orgánico que no se destine al consumo de las personas y los animales. Pero además, la forma de transformar estos recursos en lo que se necesita deben ser procesos ecointeligentes respetuosos con el entorno.

Así pues, se entiende que el objetivo principal sería modificar todos los sectores a nivel organizativo, productivo y logístico de forma que se creara un entorno mucho más respetuoso para con los recursos naturales reduciendo y optimizando su empleo.

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Beneficios de la economía ecológica

Como es comprensible, esta nueva forma de concebir la economía puede traer una gran cantidad de ventajas a las personas de forma individual pero también colectiva.

1. Se frenaría el cambio climático

El cambio climático es una realidad palpable cada vez más visible en todos los países. Desde la subida o bajada de temperatura en diferentes regiones hasta el dramático deshielo de los polos.

Si la bioeconomía comenzara a aplicarse de manera inmediata, se conseguiría frenar este fenómeno climático y sus consecuencias.

2. No se dependería de recursos naturales finitos

Al contar con maneras alternativas de fabricar lo que se necesita para vivir, no habría que depender de un recurso natural finito. Esto, por un lado, ayudaría a la naturaleza ya que no sería necesario modificarla ni arrasar lugares con tal de obtener dichos recursos.

Pero además, influiría positivamente en la economía de las personas ya que no se estaría sujeto a la subida o bajada de los precios de estos recursos.

3. Creación de puestos de trabajo

Por otro lado, los nuevos sistemas de producción necesitarían de la creación de recursos naturales renovables así como de la creación de nuevas infraestructuras y sistemas para aplicarlos. Todo ello repercutiría en el aumento de puestos de trabajos y, a su vez, influiría positivamente en la economía a nivel personal de la población.

4. Freno en la extinción de especies

Muchas especies se están extinguiendo por las acciones que se llevan a cabo para obtener los recursos necesarios para el funcionamiento económico actual. El cambio climático está acabando con los osos polares y la deforestación para obtener aceite de palma está acabando con el hábitat del orangután rojo.

Todas las modificaciones que implica la economía ecológica acabarían con estos terribles sucesos.

5. Se reducirían las desigualdades sociales

Por otro lado, también dejaría de ser necesario abusar del «tercer mundo» para obtener las materias primas que requieren las industrias. Por tanto, se produciría un cambio de paradigma mundial que paliaría en gran medida las desigualdades sociales que se están viviendo hasta ahora.

6. Mejora de la salud

Hoy en día, muchos de los materiales con los que se generan lo que consumimos no es especialmente sano. De hecho, incluso en lo que comemos se incluyen productos que perjudican gravemente a la salud a largo plazo.

El objetivo principal sería modificar todos los sectores a nivel organizativo, productivo y logístico de forma que se creara un entorno mucho más respetuoso

A todo esto hay que sumarle también el perjuicio de la contaminación de las ciudades y la mala calidad del aire que respiramos. Todo esto se vería notablemente reducido si se implantara la bioeconomía o economía ecológica.

Es y debe ser el futuro

El conocimiento de este enfoque económico y social no hace más que darnos a entender que este va a ser el camino del futuro o, al menos, del buen futuro. Seguir con el modelo económico actual no hará más que seguir agotando los recursos con los que contamos en el planeta hasta que, al agotarse, el sistema se colapse y se cree una crisis a nivel mundial.

Por ello, si se busca un futuro mejor, lo más sensato es comenzar a tomar medidas paulatinamente hasta que los modelos productivos estén creados en base a las premisas de esta teoría. A fin de cuentas, el planeta es lo que más se debe cuidar y el único camino es aplicando las bases de la bioeconomía o economía ecológica.

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