Se espera que en los próximos cinco años el metaverso llegue a millones de personas en todo el mundo. Esto lo convierte en un escaparate inmejorable para situarse como marca o lanzar nuevos negocios. Hablamos de las empresas del metaverso, que cada vez aceleran más su adaptación a la tecnología de la realidad virtual o aumentada. Sin embargo, este hecho no disipa las dudas que surgen en cualquier compañía. ¿Será un espacio complementario o el único lugar donde operar? ¿Se debe abandonar cualquier vestigio de modelo de negocio analógico? ¿Qué posibilidades reales ofrecerá metaverso a las empresas?
Los retos de las empresas del metaverso
Aunque por ahora se tenga una idea imprecisa de cómo se verá el
metaverso real, parece evidente que para llegar a ser un mundo virtual completamente operativo tendrá que
ofrecer experiencias y, al mismo tiempo, superar
numerososos desafíos. Entre ellos, destacamos los siguientes:
Reputación e identidad
Uno de los principales retos será preguntarse cuáles serán los elementos que conforman la propia identidad de las personas o las empresas en el metaverso. Algo en línea con los problemas que ya se tratan de corregir con legislaciones como el RGPD, ante un mundo cada vez más digitalizado. La autentificación de la información personal o identitaria en el metaverso se antoja clave para garantizar la seguridad de aquellos individuos o empresas que deseen dar el salto. Por todo ello, resulta vital estar al día respecto a los nuevos métodos de verificación. Así como contar con tecnologías que garanticen la descentralización de la información.
Protección de datos
Si la privacidad y seguridad de los datos ya suponen un reto mayúsculo en el mundo real, en el metaverso seguirán siendo una preocupación constante. Por ello, el salto digital pasa por el desarrollo de métodos de seguridad y protección de la información en la empresa. El objetivo es evitar fugas de datos sensibles a raíz de ciberataques y garantizar la seguridad de la identidad corporativa.
Sistema de moneda y pagos
El metaverso sirve de puente entre monedas reales y digitales para garantizar que todo el mundo pueda acceder a él. Al menos, los principales protometaversos que ya están operativos. Pero, más allá del problema que puede suponer la inversión en monedas sin respaldo de ningún tipo, la digitalización de la economía también implica un reto global. Por eso, una de los grandes esfuerzos se está realizando en el desarrollo de un nuevo sistema único de verificación de transacciones. El desafío consistirá en convencer a los usuarios de que pueden confiar y, lo que es más importante, sentirse seguros mientras participan en cualquier comercio dentro del metaverso.
Legislación y jurisdicción
Otros de los puntos que influirán en la confección del futuro metaverso son la legislación y la jurisdicción. Por ejemplo, una de las principales consecuencias será que los Estados tendrán que redefinir los dominios legales virtuales actuales e incluso pensar en la creación de otros nuevos.
Previsiblemente, este metaverso proyectado reunirá a un gran número de usuarios. Esto supone una multiplicación de oportunidades para conectar e intercambiar información. Pero, al mismo tiempo, hace que los usuarios sean más vulnerables en caso de que no haya una legislación clara y concisa capaz de reguler los límites. Paralelamente, será un verdadero desafío definir el ámbito jurisdiccional, así como la creación de un conjunto de legislaciones que puedan garantizar que el espacio virtual sea seguro para sus usuarios.
Para que el metaverso llegue a ser un mundo virtual completamente operativo tendrá que superar numerosos desafíos
Propiedades
En teoría, las empresas del metaverso podrán comprar y poseer varios artículos y activos. Los NFT (tokens no fungibles) han acelerado su ritmo de crecimiento en popularidad y ya se han convertido en la moneda de cambio que más atrae a los inversores y usuarios. De manera similar a cómo los NFT actualmente representan objetos del mundo real -otorgando y probando los derechos de propiedad de arte, música, videos y mucho más-, el desafío será crear un sistema unificado que pueda usarse para verificar a los poseedores de activos virtuales en el metaverso.
Comunidades y redes
Todo lo que se necesita para que exista un metaverso es la inmersión social en el sentido más amplio. Esto permitirá que las personas puedan interactuar, trabajen juntas, se mezclen con amigos y se diviertan de forma completamente virtual. Una evolución de lo que hoy en día ofrecen plataformas como Discord, Twitter Spaces o Clubhouse.
En este sentido, el metaverso unirá a una comunidad diversa, lo que permitirá conectar a personas y empresas de todo el mundo en un mundo virtual unificado. Así, el metaverso podría convertirse en la plataforma más universal para interactuar y formar relaciones significativas. Para ello, tendrá que avanzar a un nivel completamente nuevo, acompañando la fidelidad visual con una mayor inmersión sensorial, como ya empieza a ocurrir con la tecnología háptica.
Tiempo y espacio
Pero una de las mayores preocupaciones respecto a este gran mundo virtual no tiene que ver con la tecnología… sino con la física. Ya hay quien advierte de que la percepción del tiempo en el metaverso podría ser diferente, ya que los usuarios tienden a ser menos conscientes de sus cuerpos mientras están dentro de la realidad aumentada. Por eso, la gran pregunta es: ¿cómo se puede conseguir que los usuarios se mantengan en contacto con el mundo real?
Paralelamente, el espacio del metaverso es potencialmente infinito. Por eso, al principio puede ser todo un desafío para los usuarios sumergirse en un universo digital tan vasto, tratando de asimilar tanta y tan variada información a la vez.
No es descabellado pensar que tanto la percepción del tiempo como la del espacio en el metaverso requerirán de una orientación durante los primeros pasos de la inmersión, para garantizar que los usuarios estén conscientes y cómodos mientras se encuentran dentro del entorno virtual.
A medida que crezcan y se expandan las oportunidades de inversión y el ROI potencial, más empresas estarán interesados en unirse y participar en él. Por eso, crear un entorno seguro y participar del proceso de inmersión social será primordial para trasvasar su modelo de negocio, cualquiera que sea, al metaverso.
El metaverso, como nuevo mercado potencialmente ilimitado, en el que se pueden vender tanto bienes físicos como digitales, requerirá de una transformación digital y de nueva generación de especialistas capaces de construir, navegar y acelerar este mundo virtual. En esencia, supondría una economía completamente nueva. Economía no gobernada, descentralizada y en expansión co-creativa, con su propia moneda y reglas de mercado aún por definir.
