2024 es un año que se presenta lleno de retos para las empresas, y especialmente para los CFOs. En un entorno cada vez más complejo, los CFOs tienen la obligación de gestionar los riesgos y las oportunidades que pueden suponer cuestiones como la nueva regulación financiera, los cambios tecnológicos, la ciberseguridad o una situación geopolítica complicada que ha generado nuevas dificultades.
Hablamos con Fernando Caballero, Managing Director de Consultoría de Riesgos de AON España sobre cuál debe ser el nuevo rol estratégico del CFO, y como su visión y la gestión de estos riesgos resultará determinante para que la empresa pueda tomar decisiones informadas.
Hay tendencias globales que marcan el futuro a corto plazo y definen los retos a definir en los planes estratégicos de las empresas, donde los departamentos financieros tienen un rol importante. Podríamos citar, por ejemplo: la adaptación a los cambios tecnológicos, regulación financiera, el cambio climático, las ciber amenazas y las tendencias geopolíticas, entre otros. Esto obligará a los CFO s a identificar y gestionar riesgos emergentes al respecto. Tengamos en cuenta el impacto en el riesgo reputacional que tiene la información pública financiera, por lo que el papel a jugar por los departamentos financieros es muy significativo.
Otra tendencia relevante es la progresión geométrica en la disposición de datos y tendencias, que podrán permitir mejorar la gestión financiera, pero supondrá retos de aprendizaje y adaptación. No quiero dejar a un lado, el reto de retener y atraer talento, al que no es ajeno la dirección financiera.
El rol del CFO efectivamente transciende más allá de temas técnicos, pensemos por ejemplo en la participación del CFO en la elaboración en el plan estratégico, información al mercado y grupos de interés, la participación en la actualización del mapa de riesgos entre otros son ejemplos de la importancia de la figura del CFO para una buena gobernanza de las empresas. La gestión de determinados riesgos (control interno, riesgos financieros, fiscales) es muy importante para tomar decisiones informadas, así como el uso de datos y métricas donde se haya validado la calidad del dato.
De igual forma, en sentido contrario es fundamental que el CFO reciba información del departamento de riesgos, operaciones, auditoría interna y estrategia de cómo se están gestionando y mitigando los riesgos que afectan a la información generada por el Departamento financiero.
El CFO debe ser parte del equipo de liderazgo de esa transformación y participar con la perspectiva financiera en los proyectos transversales que afectan a la organización (por ejemplo ESG, implantación de nuevas tecnologías, nuevos requerimientos regulatorios).
La formación continua es clave. Mas ahora con un universo regulatorio cada vez mas complejo y con más exigencias. Además de la foto estática que dan las finanzas de la compañía, los grupos de interés quieren información sobre la gestión de los riesgos financieros y no financieros.
No podemos olvidar en España la facturación electrónica supondrá adaptar procesos y tecnología para poder cumplir con la legislación vigentes, por lo que serán más automáticos y digitalizados. De igual forma, los departamentos financieros tendrán que desarrollar casos de uso de Inteligencia Artificial (AI) para hacer sus procesos más confiables y eficaces (automatización de facturación, cobros, pagos, informes, detección de fraudes y un largo etc).
La geopolítica y su impacto en la inflación, tipos de interés y en la cadena de suministro está produciendo tensiones de tesorería y la continuidad de los negocios que supone una gestión más activa de riesgos relacionados con la tesorería (liquidez, crédito, mercado). De igual forma, el control de costes y la implantación de métricas de performance y riesgos sobre estos temas es crítico. Si damos un vistazo al top ten de los riesgos de la encuesta de Aon no hay ninguno que no tenga una perspectiva financiera.
La regulación que viene en materia de información no financiera va a añadir responsabilidades a los departamentos financieros en el futuro, es más, dentro de poco hablaremos simplemente de información sin distinguir si es financiera o no financiera. Por lo tanto, la gestión de esta información desde el punto de vista de su exactitud y confiabilidad es igual de relevante que la tradicional financiera. Tengamos en cuenta que al igual que la información financiera se verifica por el Auditor externo, la no financiera es validada y revisada por un experto independiente.