¿Qué son las criptomonedas? Cómo se usan? Detrás de este ambicioso y futurista medio de pago, se esconde un mundo donde las transacciones ya no se realizan con billetes y en el que romper la hucha para contar los ahorros parece una cosa del pasado. Las criptomonedas, como así se llama a estas divisas virtuales, se han hecho un hueco en la sociedad y hoy en día son pocos los que no han oído hablar de ellas.
Las más conocidas son los bitcoins, una moneda virtual que nació en 2009 y le allanó el camino a otras tantas que surgieron después. Sin embargo, a pesar del éxito de estas divisas intangibles hay quien entrevé en ellas cierto peligro. Es el caso de Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en un artículo publicado en el Fórum Económico Mundial, estableció los riesgos que conllevan las monedas de este tipo.
“Normalmente, estas ofertas digitales se crean de forma descentralizada y sin necesidad de un banco central. Esto le da a las transacciones de criptoactivos un halo de anonimato muy parecido a las transacciones en efectivo”, asegura la economista en su texto identificando como un potencial peligro para el lavado de dinero y la financiación de actividades delictivas como el terrorismo.
Las transacciones de criptoactivos un halo de anonimato que supone un potencial peligro para el lavado de dinero y la financiación de actividades delictivas como el terrorismo
Pero las amenazas no cesan ahí. Según esta política francesa, la estabilidad financiera también podría verse comprometida por el rápido crecimiento de las criptomonedas: la ‘montaña rusa’ a la que están sometidos sus precios de intercambio y sus “conexiones mal definidas con el mundo financiero tradicional podrían crear nuevas vulnerabilidades fácilmente”.
Ante esta situación sería urgente desarrollar marcos regulatorios que sean capaces de hacer frente al nuevo desafío, y en esta línea ya están trabajando organismos como el propio Fondo Monetario Internacional, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) o el Grupo de Acción Financiera (FATF-GAFI).
Lagarde no es la única política que ha atisbado riesgos en las criptomonedas. A principios de año, el Gobierno de Estados Unidos prohibió las transacciones con ‘petros’, nombre con que se bautizó a la moneda virtual emitida por Venezuela. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció la emisión de 100 millones de estos petros, cuya unidad equivalía al valor del barril de petróleo del país.
En respuesta a ello, Donald Trump vetó las transacciones con petros para contrarrestrar la que consideró una acción de Maduro para eludir las sanciones impuestas a su país. El líder estadounidense sumaba así una medida más contra el régimen venezolano, en cuya lista ya se enumeraba la prohibición tanto a ciudadanos como a entidades financieras de Estados Unidos de comprar deuda u otros activos del Estado venezolano o de su petrolera nacional –PDVSA–, principal fuente crediticia nacionales.
En África también se tiene puesta la lupa sobre las criptomonedas. Las grandes economías de este continente, como la sudafricana o la de Zimbabue, no realizan control alguno sobre las monedas virtuales lo que, tal y como anunciabala Directora del FMI en su artículo, supone un importante riesgo de lavado de dinero negro o financiación de terrorismo y otros delitos.
En China se han prohibido las bolsas de activos digitales y los ICO y se han bloqueado los accesos online a plataformas de negociación extranjeras
En Asia, el país donde más transacciones se realizan con criptomonedas es Japón, estando China situada en el otro lado de la balanza. En el gigante asiático se han prohibido las bolsas de activos digitales y los ICO –siglas del Initial Coin Offering, un instrumento para financia el desarrollo de nuevos protocolos de criptoactivos–, y también se han bloqueado los accesos online a plataformas de negociación extranjeras.
A pesar de que las criptomonedas son vistas con cierto recelo por los riesgos que pueden acarrear, también es cierto que, junto a ellas, aparecen beneficios asociados. La propia Lagarde informaba en el texto anteriormente citado que las monedas virtuales podrían “impulsar la inclusión financiera al proporcionar métodos de pago nuevos y de bajo costo a quienes carecen de cuentas bancarias y, en el proceso, empoderar a millones de personas en países de bajos ingresos”.
Junto a esta ventaja de las criptomonedas surgen otras como la instantaneidad de las transacciones, el impulso a la innovación tecnológica y la facilidad para realizar operaciones internacionales.