Dice el refranero popular que no hay que dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy. Este consejo acaba de tomar solidez científica después de que un estudio de la Universidad de Minnesota apoyara su teoría. Según este análisis, superar el nefasto hábito de procrastinar podría ayudar a mejorar la productividad de las personas.
Muchos miden la productividad en base a la cantidad de tiempo que se invierte en realizar una tarea. O lo que es lo mismo: a más tareas por minuto, más productivo. ¿Y si te dijesen que estar un periodo de tiempo sin hacer nada puede ayudarte a tomar las decisiones correctas e incrementar tu productividad? Pues sí. De hecho, tal y como refleja el estudio, quienes se autocontrolan y saben diferir y aplazar cuándo abordar un determinado trabajo, se sienten más seguros, motivados y felices. Una auténtica productividad en diferido.
Pero no solo eso. Resulta que hay bastantes más malos hábitos que te hacen más productivo. Enhorabuena.
La mayoría de las reuniones de trabajo se alargan más de lo previsto. Esto colabora a que los asistentes se distraigan y dejen de prestar atención al motivo principal del encuentro. Los expertos insisten en recomendar que evitemos las reuniones sin hora fija de salida y que cumplamos estrictamente los horarios. Lo sabemos: tu manía de entrar tarde o nunca a reuniones infinitas, nace de tu deseo de no mellar tu productividad.
La acumulación de correos electrónicos lleva a muchos a estados de agobio que intentan paliar a través de responderlos según los reciben. Sin embargo, este hábito distrae de la función que se esté realizando en ese momento, por lo que conviene establecer un periodo de tiempo estipulado para revisar la bandeja de entrada. Y no, no debe ser fuera de tu horario laboral. Recuerda que el llamado derecho a la desconexión ya está regulado por leyes en algunos países.
El cerebro necesita unos 25 gramos de glucosa para estar activo. Proporcionándole azúcar de la que se encuentra en los refrescos o dulces solo conseguimos un nivel óptimo de concentración durante 20 minutos (lo cual, no está nada mal). No obstante, tampoco te pases comiendo bollería industrial: cuidando la alimentación y proveyéndole de carbohidratos que liberan energía lentamente conseguiremos aumentar el tiempo de concentración.
Hay quien encuentra en estos aparatos una buena distracción para el momento de antes de dormir. Pero lo único que hace es destrozar tu productividad para el día siguiente. Resulta que la luz azul de onda corta que emiten los dispositivos evitan la segregación de melatonina que induce al organismo al sueño. Este tipo de luz es similar a la solar, por lo que exponiéndonos a ella engañamos al cerebro haciéndole creer que es de día y no debe dormir.
Nadie dice que te metas en la sala y te sientes sin siquiera saber sobre qué tema van a tratar, pero tampoco es necesario que te martirices durante días preparando una reunión y vayas con un proyecto cerrado. ¿Por qué? Porque hay que escuchar las propuestas de todos. Si vas con una idea cerrada, el pro
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Standford determinó que la multitarea es menos productiva que hacer solo una cosa a la vez. Los expertos que realizaron este estudio concluyeron que las personas que estaban expuestas a varias fuentes de información no eran tan capaces de prestarles atención y recordar datos como lo hacían quienes solo ejecutaban una tarea.
