Observatorio APD # 3
LOW TOUCH
Auge del e-commerce, teletrabajo, jornadas flexibles para favorecer la conciliación… La llegada de la conocida como low touch economy ha supuesto una auténtica revolución en el ámbito laboral y empresarial. En un mundo cada vez más globalizado, la pandemia del coronavirus ha marcado un antes y un después. De hecho, podría decirse que ha obligado a cambiar por completo la gestión de personas, los equipos tecnológicos e, incluso, el modelo de negocio de las empresas.
Reinventarse o morir. En la coyuntura económica actual, el gran reto para cualquier organización es comprender cuáles son las condiciones actuales del mercado: aunque no siempre se acierte en el diagnóstico, lo que resulta evidente es que ya no vale hacer lo mismo que antes de 2020.
Este concepto, también conocido como economía de bajo contacto, trata de englobar la vertiginosa transformación del modelo de consumo en el último año y medio. Y, sobre todo, intenta dar explicación al contexto actual: más volumen para comercios cada vez más deslocalizados, pero con menos trato directo con el vendedor. En esencia, la low touch economy se caracteriza por existir poco o nulo contacto entre personas en los procesos del negocio.
Sin embargo, la low touch economy va mucho más allá de acabar con el clásico apretón de manos. Especialmente, porque la alerta sanitaria derivada de la crisis del coronavirus se ha traducido en un progresivo aumento de la regulación: desde el control de aforo o las medidas de higienización de los espacios de trabajo, hasta el pasaporte Covid. Una radical mutación de nuestra forma de entender los negocios.
Empezando, por supuesto, por el modo en que la interacción humana ha virado hacia un modelo casi exclusivamente digital. En España, desde los primeros meses de confinamiento sufrimos este proceso de aislamiento forzoso, que se tradujo en cambios incluso en el día a día:
Varias de estas medidas han terminado por asentarse en la sociedad, mientras que otras, como el teletrabajo, han sufrido un leve retroceso tras el impacto inicial. Sin embargo, el resultado de esta transformación apalancada son nuevos modelos postpandemia como el trabajo híbrido.
En este contexto, podría decirse que la sociedad que construiremos en los próximos años aún está por definir. Lo que está claro es que, al menos mientras dure la pandemia, la economía low touch es el modelo al que la mayoría de las empresas deben adaptar su negocio. ¿Por qué? Sencillamente, porque es la mejor forma de conseguir prosperar. ¿Y cómo hacerlo? Siguiendo estos 4 pasos:
En este sentido, para adaptarse con éxito a la low touch economy y ser más rentable, existen una serie de fórmulas más o menos comunes a cualquier empresa. A nivel práctico, las más fáciles de implementar son: la atención permanente a los nuevos hábitos de comportamiento y necesidades, el lanzamiento de nuevos productos o servicios, aumentar la presencia en redes sociales, y desarrollar la marca personal y embajadores de marca.