El filósofo griego Heráclito de Éfeso afirmaba, unos 500 años antes de esta era, que nadie se baña en el mismo río dos veces porque todo cambia, en el río y en el que se baña. Esto nos lleva a una reflexión: en relación al planeta y las personas, ¿qué capacidad tenemos realmente para impactar, adaptar, modificar o alterar? Los retos que hoy enfrentamos como civilización pueden parecer abrumadores, pero lo cierto es que siempre hemos encontrado soluciones a los desafíos del tiempo, trabajando de la mano.
En los albores del XXI nuestra tarea ineludible es la de impulsar las transformaciones necesarias para generar un futuro de sociedades justas y sostenibles. ¿En qué río queremos bañarnos? Sin importar lo adversos o intimidantes que puedan ser los escenarios económicos, geopolíticos, ambientales, demográficos o tecnológicos, estamos llamados al compromiso con el cambio, para que, además de inevitable, sea mejor para todos.
Así ha sido APDAY Ibiza 2023
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Es incuestionable que el planeta avanza hacia una crisis ambiental y una emergencia climática. En paralelo, la crisis de valores humanos y la 4ª Revolución Industrial, basada en la sostenibilidad y la digitalización, siguen creciendo cada día. Los líderes empresariales tienen la responsabilidad de conducir sus respectivas organizaciones a la sostenibilidad desde una perspectiva humanista, ya que las personas somos el motor el cambio.
Los líderes empresariales tienen la responsabilidad de conducir sus respectivas organizaciones a la sostenibilidad desde una perspectiva humanista
Si bien los datos no son buenos, las empresas tienen en sus manos un poder esencial para enfrentarnos a los problemas con éxito, para cambiar las cosas y construir sociedades más justas, resilientes y sostenibles. Justamente por eso, el binomio planeta y personas volvió a ser protagonista de excepción en la más reciente edición de APDay Ibiza 2023, organizada con la colaboración del Consell d’Eivissa – Promoció Turística d’Eivissa, CaixaBank y Aon. Un encuentro con destino al cambio, del que más de 200 directivos formaron parte, y que contó con las intervenciones de Llorenç Fluxá, Presidente de APD Zona Baleares, y Marcos Marí, Vicepresidente de APD Zona Baleares, en la bienvenida y clausura del mismo.
En la mesa de debate moderada por María Cruz Rivera, Directora Territorial de Caixabank Baleares y en la que participaron el activista Nacho Villoch y Aniol Esteban, Director de Marilles Foundation, el caso de Islas Baleares sirvió de ejemplo para explicar hasta qué punto confluyen medioambiente y personas. En cifras aproximadas, las maravillosas Pitiusas tenían aproximadamente 450 habitantes en 1969 y recibían alrededor de unos 400 mil turistas. Hoy en día viven en ellas 1,2 millones de personas y reciben más de 16 millones de visitantes al año. “Toda presión sobre una isla, tarde o temprano se traduce en una presión sobre el ecosistema marino”, recalcó Esteban respecto a qué representan tales números para el ecosistema marino de la región.
Dicho de un modo todavía más clarificador, “más gente sobre las islas acabará suponiendo más impacto sobre el medio marino y el medio costero”. ¿Por qué? En palabras del experto, “porque hay más usos del mar, más gente en el litoral, más embarcaciones navegando en sus aguas, más pescadores recreativos, más ruido, una infinidad de presión sobre las infraestructuras que igual no pueden limpiar las aguas como deberían, mayor urbanización del litoral, y un largo etcétera”.
Poco a poco se va erosionando el capital natural marino, lo que a su vez nos va haciendo perder biodiversidad
Poco a poco, conforme todo esto va creciendo, se va erosionando el capital natural marino, lo que a su vez nos va haciendo perder biodiversidad, los bienes y servicios que nos da el mar, que son muchos. “La pérdida de la calidad ambiental se traduce en la pérdida de la experiencia en el mar, sea de un turista o de un residente. Y esto, a su vez, tiene un impacto enorme sobre la economía balear”, advirtió el experto.
La sociedad es consciente de ello, pero con todo y con eso, bajo su punto de vista, se sigue celebrando la cantidad de turistas que llegan, en lugar de la calidad. “Ahí existe una dicotomía, porque hace años que el sector empresarial de Baleares habla sobre crecer en calidad y no en cantidad. Lo han aprendido y lo han asumido”, reflexionó Esteban. Al fin y al cabo, incidió, “tanto la prosperidad económica como el bienestar de los ciudadanos de Baleares dependen de un mar en excelente estado de conservación”.
A este respecto, Nacho Villoch planteó la siguiente observación: «Queremos que Ibiza sea el próximo Manhattan? ¿Queremos que sea Singapur? La ciencia y la tecnología nos permitirán acoger a 15 millones de personas. Pero, ¿queremos eso? Más allá del impacto que pueda tener en las aguas, en el uso del suelo, en la gestión de residuos… A lo mejor menos, es más. Debemos reflexionar si no es mejor primar la calidad frente a la cantidad”.
Villoch, quien atesora una trayectoria de más de 30 años trabajando en programas de innovación, talento y sostenibilidad, también es pionero en el uso de las redes sociales. Para él, bien usadas “son un vehículo para movilizar a millones de personas; desde la primavera árabe al 11-M no se entenderían sin las redes sociales”.
Debemos aprovechar todos los recursos que tenemos para parar un poquito. Estudiar, formarnos, reciclarnos, reinventarnos
También para enfrentar los desafíos que plantea el futuro, encauzando la relación entre el planeta y las personas hacia el sendero correcto. El éxito, en este sentido, según el activista, requiere de un concepto: reinvención. Villoch apuntó que es ahora cuando debemos aprovechar todos los recursos que tenemos para parar un poquito. Estudiar, formarnos, reciclarnos, reinventarnos. Sin embargo, esto requiere de dos fases. “Una es reconocer dónde estamos ahora, o lo que es lo mismo, reconocer que somos orugas. Otra, generar una visión de aquello que queremos llegar a ser; esa mariposa mucho más colorida, digital, innovadora y sostenible. Y en consonancia, dedicarse a construir esas alas”, expuso el experto.
Esta metáfora vale para las personas, así como para aquellas empresas que han iniciado una transformación con el propósito de convertirse en referentes digitales. O puede pasar incluso a nivel de país, como aclaró el experto. “Botswana, cuando se independizó, estaba entre los países más pobres de la Tierra. 40 años más tarde es uno de los países más ricos de África. Lo mismo podemos decir de Singapur y de todos esos países que han tenido la valentía de reinventarse, dejando de ser proveedores de materias primas de bajo coste, para pasar a ser proveedores de servicios de muy alto valor”. Capacidad de resiliencia de la que España, a su juicio, debería aprender.
Hay que actuar siendo plenamente conscientes de que los beneficios son importantes, pero también las personas y el planeta
Volviendo a Baleares y a cómo el turismo indiscriminado está haciendo mella en sus recursos naturales, Villoch recordó que precisamente en nuestro país tenemos muy buenos ejemplos de desastres urbanísticos, como la Manga del Mar Menor. «Lugares que hace 30 años eran una maravilla y a los que ya la gente no va porque nos los hemos cargado”, lamentó.
“Encontrar ese equilibrio que se conoce como la triple cuenta de resultados, que no solo se tengan en cuenta los beneficios, es fundamental”, subrayó. Actuar siendo plenamente conscientes de que los beneficios son importantes, pero también las personas y el planeta. “Ese equilibrio”, concluyó, “es hacia donde deberíamos movernos”.