El renting o leasing para empresas son servicios que se han popularizado en España, ya que reportan múltiples beneficios en la actualidad, no solo a las grandes compañías, sino a las pymes, a los autónomos y hasta a los particulares.
Estas alternativas permiten a las instituciones o negocios, disponer de un coche o una flota de vehículos para desarrollar sus actividades comerciales o de reparto, sin necesidad de comprarlos. Específicamente, se trata de servicios de alquiler de coches por un periodo de tiempo dado. Para acceder a los vehículos, es necesario fijar un contrato.
Con el renting, una empresa establece un contrato con una compañía especializada o con la financiera del coche, que permite su uso durante el tiempo pactado. Este no tiene limitaciones temporales, pero no debe sobrepasar los cinco años.
En estos casos, la compañía de renting es la que administra o posee la propiedad del coche. Asimismo, los contratos incluyen diferentes servicios como los de asistencia en carretera, el seguro, la matriculación, los impuestos, las reparaciones mecánicas, así como el mantenimiento preventivo.
La empresa que requiere los coches no necesita tener experiencia en la administración de flotas. Es el contratista el que se encarga de este particular. El renting puede ser contratado por empresarios, autónomos y hasta por particulares.
Con esta alternativa no se contempla la opción de compra. Aunque una vez finalizado el contrato, en ocasiones el vehículo se puede adquirir, por un precio equivalente al que poseen los coches de su tipo en el mercado de segunda mano. El coste depende de algunos aspectos como la antigüedad y el kilometraje registrado.
El renting tiene una serie de ventajas muy competitivas a la hora de disponer de bienes sin necesidad de adquirirlos.
Algunas personas consideran al leasing como una forma de financiación de un coche. Precisamente porque una vez concluido el contrato de alquiler del vehículo, el arrendatario tiene la opción de comprarlo. Su coste suele ser bajo y se corresponde con su valor residual.
La compañía de leasing es la que posee la propiedad del vehículo, pero no la titularidad, la cual es cedida a la empresa que lo alquila. De este modo, la administración del vehículo corre a cargo del arrendatario. Asimismo, se debe saber que el tiempo mínimo del contrato por este concepto es de 24 meses, y que puede durar hasta seis años. En él no se contempla ningún servicio adicional al margen de la financiación del bien.
Se ha de tener en cuenta que el leasing no va dirigido a los particulares.
Tanto el renting como el leasing dan la posibilidad a las empresas de usar, para fines económicos, una flota de coches sin necesidad de comprarlos. Pero dependiendo del fin que tengamos, así nos convendrá más hacer un contrato de leasing o renting.
La cuota mensual es más baja en los contratos de leasing que en los de renting.
En los contratos de leasing, una vez finalizado el alquiler del vehículo, el arrendatario tiene la opción de comprarlo. Su coste suele ser bajo y se corresponde con su valor residual.
Para los contratos de renting no existe esa posibilidad.
En los contratos de leasing, los imprevistos como el seguro y el mantenimiento del vehículo no están incluidos, por lo que tendrás que contratarlos de forma externa con otra compañía.
En el caso del renting están incluidos en el precio mensual imprevistos como el mantenimiento del vehículo, seguro, servicio de asistencia en carretera, cambio de neumáticos, etc.
El tiempo de disfrute en los contratos de leasing es de 2 años frente a los 4 en renting.
Además, la finalidad del vehículo es diferente en ambas opciones: mientras que en el leasing el bien debe destinarse a la actividad económica que desarrolla la empresa, en el renting no existe esta obligación.
Por este motivo, el leasing está destinado para empresarios, mientras que el alquiler por renting lo puede contratar cualquier persona.
En el caso del leasing podemos deducirnos fiscalmente todas las cuotas satisfechas, incluyendo las amortizaciones, intereses pagados, etc.
Por su parte, en el caso del renting únicamente serán deducibles los importes de las cuotas satisfechas por el arrendamiento, lo que disminuye el Impuesto de Sociedades.
Al finalizar el contrato de leasing el arrendatario podrá ejercitar la opción de compra por el valor residual del coche; devolverlo; prorrogar el contrato con el mismo vehículo o cambiarlo por otro.
Mientras que en el renting, no existe esa posibilidad de compra; sino que las opciones que dispone son devolver el bien o prorrogar el contrato.
El renting o leasing para empresas son servicios que reportan muchos beneficios. Cada modalidad se debe seleccionar de acuerdo a las necesidades, las condiciones y los intereses particulares de las empresas arrendatarias.