Transición energética para luchar contra el cambio climático, consumo sostenible, energías renovables, reducción de emisiones, cohesión, bienestar y estabilidad social… son algunos de los temas que destacan, cada vez más, en las agendas de las empresas que han adquirido un compromiso con la sostenibilidad y que trabajan para alinear su core business con los ODS. Sin duda, un new usual con múltiples oportunidades, con la preocupación por el planeta como pilar principal.
Una de las características que mejor describen la Nueva Economía es su elevada tasa de cambio. La velocidad con la que las cosas evolucionan es, al mismo tiempo, una Espada de Damocles y un vector de oportunidad de demostrada eficacia. Pero lo que distingue este ciclo que vivimos es que ambos son paradigmas aplicables en el corto plazo.
La velocidad con la que las cosas evolucionan es, al mismo tiempo, una Espada de Damocles y un vector de oportunidad de demostrada eficacia
Hablamos de ciclos de 10 años, en los que las empresas que se esfuerzan por entrar en las innovaciones en fase temprana tienen más posibilidades de liderar su entorno en las fases más maduras. De la misma forma, aquellas que se “distraen” aumentan el riesgo de descolgarse y perder su posicionamiento. Ocurre con la tecnología (pensemos en empresas que se subieron a tiempo al tren de la movilidad, la Inteligencia Artificial o el Big Data), pero también con otros paradigmas o ‘atractores’, como la sostenibilidad.
A día de hoy, y más allá de ser considerada una cuestión moral o de que el marco regulatorio instalado en España y en Europa la haya convertido en un imperativo, lo cierto es que asumir un claro compromiso con la sostenibilidad se ha transformado en un driver que ya está moviendo el mercado en términos de rentabilidad, innovación, posicionamiento y competitividad.
Y es que cada vez más compañías están comprendiendo que el desarrollo sostenible es el camino más certero, más si cabe en tiempos turbulentos como los actuales. De hecho, 9 de cada 10 empresas españolas contribuyen a los ODS de la Agenda 2030, y según el estudio realizado en 2022 por el Pacto Mundial de Naciones Unidas, cerca de un 80% de las empresas afirma que existen múltiples ventajas competitivas a la hora de implementar la sostenibilidad. Ventajas tales como:
Eso sí, expertos como Juan Felipe Cajiga, Experto en RSE, Sostenibilidad y ESG, subrayan que “las compañías responsablemente sostenibles son aquellas que van más allá de cumplir con la normativa y buscan superar las expectativas; que integran acciones responsables en toda su cadena de suministro, desde el proceso de producción hasta la venta y el manejo final del producto; y que trabajan constantemente para reducir su influencia perjudicial en el ecosistema y participar de manera activa en el progreso sostenible”.
Son compañías que han interiorizado, además, que implementar prácticas sostenibles en los negocios “requiere de un enfoque integral y de una visión a largo plazo” y que exige:
Y es que como también asegura Cristina Sánchez, Directora Ejecutiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas España, “la población está exigiendo a las empresas que se impliquen con el desarrollo sostenible y que pongan el cuidado de las personas y el planeta en el centro”.
De hecho, según la encuesta ‘Have your say. Shpae your future’ realizada por UN Global Compact con motivo del 75 aniversario de las Naciones Unidas, “los españoles afirman que les gustaría que el mundo en 2045 estuviera construido sobre sistemas de consumo y producción sostenibles, y priorizase la protección de los ecosistemas y un mayor respeto por los derechos humanos”.
Sin duda, los consumidores son la medida de la tasa de cambio de la sostenibilidad: el 74% cree que las prácticas y los valores corporativos éticos son una razón importante para elegir una marca. El 66% planea hacer compras más sostenibles o éticas durante los próximos seis meses, prestando especial atención al propósito de la marca y a su impacto social. Y la pandemia, como advierten las encuestas, ha supuesto un acelerador de estas tendencias.
Ser sostenible ya no es una opción: es un vector de supervivencia y competitividad que alejará o acercará del liderazgo a las empresas
Unido a ello, las suculentas ayudas derivadas del programa Next Generation parecen confirmar un escenario que debe ser abordado con la misma determinación que se ha hecho con las tecnologías disruptivas. El compromiso con la sostenibilidad, el ‘Ser Sostenible’ ya no es una opción: es un vector de supervivencia y competitividad que alejará o acercará del liderazgo a las empresas que mejores decisiones tomen respecto al impacto que tendrá en su modelo de negocio. El momento es ahora.