En un artículo exclusivo para la Revista APD, Juan Antonio Fernández, CEO de Unit4 Ibérica, asegura que la figura del CIO, del director de Tecnología ya no debe ser solo la de ofrecer servicio y asegurar la continuidad de la actividad empresarial. Más bien, debe involucrarse de lleno en la gestión diaria de la empresa y participar en la planificación y desarrollo de nuevos modelos de negocio, con el apoyo que el marco tecnológico sea capaz de otorgar.
“Una nueva realidad se impone en el mundo de la empresa, sea cual sea su sector de actividad: la tecnología es ahora más que nunca estratégica para la supervivencia del negocio. Y el departamento TIC, el centro neurálgico de cualquier plan de crecimiento o diversificación.”. Así comienza el artículo publicado en el último número de la Revista APD de Juan Antonio Fernández, destacando además que “el rediseño de nuevos modelos de negocio, la apertura de nuevas vías de ingresos, la retención del talento, el apoyo a la toma de decisiones, la captación de nuevos clientes que exigen experiencias de uso más completas y, por supuesto, la creación y desarrollo de nuevas ventajas que contribuyan a mantener –y si es posible mejorar– nuestra competitividad, son facetas donde las tecnologías de la información tienen un papel destacado”.
En este sentido, según afirma Fernández, “todo eso no se puede hacer sin el apoyo y concurso de la tecnología en general, del uso de las redes sociales y de métodos de escucha y análisis del sentimiento, del acceso ubicuo y en tiempo real a la información de la empresa desde la nube, del IoT y la Industria 4.0, de marketplaces y el comercio electrónico, de la seguridad inteligente y la seguridad gestionada por software que proteja todo el conjunto, y en especial, del nuevo fuel de industria, los datos…”.
Sin embargo, en opinión del CEO de Unit4 Ibérica, “por encima de estas múltiples tecnologías debe situarse el responsable de la empresa que las siga y las conozca, que sepa cómo pueden aplicarse a su negocio, que aprenda de los casos de uso exitosos en el mercado, y que pueda trasladarlo al resto de colegas con responsabilidad en otras áreas de la empresa: producción, logística, ventas, marketing, presupuestos, talento…”.
Así, el nuevo papel del CIO ha de ser no solo un perfil más gestor y más de empresa, sino que también participe en el Comité de Dirección, que sea capaz de aportar su conocimiento en pro del avance y evolución de la empresa, y sea un elemento estratégico en la gestión empresarial. Porque una cosa está clara, según Juan Antonio Fernández, y es que “las empresas que no sean capaces de apoyarse en la tecnología para ser más competitivas, acabarán sucumbiendo y desalojadas del mercado por otros actores que sí habrán sabido aprovechar su oportunidad”.
Finalmente, Fernández en su artículo recuerda que “la figura del CIO como un ente ajeno, diferenciado y separado del núcleo decisor debe desaparecer” y, por el contrario, todos sus integrantes van a tener que esforzarse por entender más y mejor la tecnología porque de lo contrario no van a saber con qué herramientas se puede contar para poder innovar con mayor agilidad. En este sentido, concluye, “las empresas deben pensar en incorporar a sus distintos directivos en los planes de formación en nuevas tecnologías, porque en estos tiempos los directores y los CEOs de las empresas no pueden permitirse el lujo de ser ignorantes digitales”.