La globalización social es un proceso o una dimensión que está contenida en el término general globalización. Este nuevo concepto se utiliza para hacer referencia a la marcada tendencia que se ha venido viendo en los últimos años, a nivel mundial, hacia la integración paulatina de las economías y de las sociedades, así como al desarrollo de hábitos y estilos de vida comunes.
Trata de garantizar los derechos humanos, que los individuos tengan una mejor vida y que se respete el derecho internacional
Por lo tanto, se puede decir que el fenómeno globalización incide directamente en la organización social y en todas las facetas de la vida humana, entre ellas la familia, el trabajo, la religión, el arte, la educación y la propia personalidad.
Precisamente, la vertiente social del término hace alusión al impacto que este paradigma provoca en el individuo y en la sociedad de la cual forma parte.
El empleo del término globalización social, a pesar de representar un concepto amplio, incluye cuestiones vinculadas con los derechos humanos, la identidad, la cultura, la seguridad, el empleo o los derechos de los trabajadores.
Al mismo tiempo, se refiere a aspectos relativos a la preservación del medio ambiente, así como al desarrollo y a la cohesión de las comunidades.
En el orden mundial, la globalización social se analiza desde distintas aristas, puesto que existen opiniones contrapuestas relacionadas con el impacto tanto económico como social que trae consigo.
Varios sectores se centran en las fortalezas y las nuevas oportunidades que trae consigo el fenómeno de la globalización para la economía mundial y para el propio individuo. En cambio, existen grupos que afirman que el modelo de globalización que hoy rige en el planeta supone el agravamiento de los problemas y la brecha existente entre las comunidades y los países.
A pesar de los criterios dominantes, en varios espacios y eventos de orden mundial se ha defendido la idea de la globalización como un paradigma sostenible. Esto implica que entre sus objetivos generales esté dar respuesta eficiente a las demandas y las necesidades de todas las personas.
Se contribuye, de esta forma, a resolver las dificultades actuales y a erradicar, entre otros aspectos, la pobreza, el hambre, las diferentes formas de discriminación y el desempleo.
Esta dimensión de la globalización también se vincula con la apertura social, así como con la mezcla y el intercambio cultural de costumbres, ideas, pensamientos y creencias que tienen lugar en territorios dispares. Dicha interacción se ha visto acentuada por los adelantos tecnológicos y el auge que ha alcanzado el uso de Internet y las redes sociales.
Asimismo, la globalización social guarda una estrecha relación con las transformaciones y los movimientos sociales, incluyendo los de carácter migratorio, que están teniendo lugar en la actualidad.
Además, se debe tener en cuenta que la globalización, en toda su extensión, presenta para los países, las comunidades y sus habitantes un conjunto de ventajas y beneficios tangibles. Pero, a su vez, trae aparejados varios desafíos, retos y desventajas que deben ser identificados, analizados y resueltos. El objetivo, en cualquier caso, es lograr el desarrollo inclusivo y sostenible a nivel mundial.
Esta nueva dimensión denominada globalización social ofrece consecuencias positivas a nivel global. Esta se relaciona, además, con la integración y el incremento de la comunicación y el libre intercambio, en diferentes ámbitos, que tiene lugar entre los habitantes del planeta. Entre sus ventajas se encuentran:
Entre las consecuencias positivas de la globalización para las personas, en el plano social, está el hecho de que han podido descubrir o acceder a las costumbres, la cultura e idiosincrasia de otras regiones del planeta, lo que permite comparar y valorar diferentes aspectos como el sistema de vida, las creencias, el estilo de vida y la manera de pensar o actuar de las personas. Esta apertura favorece la ampliación del conocimiento adquirido y mejora el poder de decisión individual.
El hecho de que se tenga acceso fácil, sencillo y directo a una amplia gama de información ayuda a que varias personas indaguen sobre los temas que les resulten atractivos. Tal circunstancia ha dado como resultado el desarrollo de corrientes individuales de pensamiento, que tienen lugar por el replanteo de las tradiciones, las creencias y la forma de pensar y actuar del individuo.
La expansión y la deslocalización de las empresas han dado como resultado el incremento no solo de la producción, sino de los puestos de trabajo y de los salarios en varios países del mundo. Se incluyen algunos donde la protección social de los trabajadores es inferior o donde el marco legal no está bien definido o no se cumple.
En este sentido, vale la pena destacar el papel de las redes sociales, así como la proliferación y el seguimiento de discursos y el desarrollo de comunidades que están a favor de la felicidad y de la realización del individuo, de la igualdad, del derecho a la salud y a la educación, y a la protección y el cuidado del medio.
A pesar de que con la globalización se pretende crear sistemas basados en el respeto, la igualdad y la convivencia pacífica, existen aspectos adversos que esta puede provocar:
Algunos aspectos como el flujo de personas y la inmigración desordenada, unido a la no tolerancia, pueden provocar el surgimiento de tensiones entre las personas que no comparten la misma forma de pensar, tienen diferentes costumbres, creencias, cultura y sistemas de vida.
Si una corriente de pensamiento llega a dominar a las restantes, puede traer consigo su desaparición. Esto, precisamente, es el efecto contrario que plantea la globalización social.
En definitiva, la globalización es un proceso que afecta a todos los países, comunidades y personas. En su dimensión social, implica la necesidad de mejorar las condiciones de vida, de trabajo, la salud y la educación de las personas a nivel mundial. Trata de garantizar los derechos humanos, que los individuos tengan una mejor vida y que se respete el derecho internacional.