Ya no hay excusas. Nos encontramos en un cambio de época que no puede afrontarse desde el banquillo como un observador pasivo. Únicamente puede acometerse desde el terreno de juego de una manera activa, planteando nuevos caminos, nuevas formas de hacer que hasta hoy eran inviables técnica y económicamente. Por si quedara alguna duda, estamos hablando de la Industria 4.0 y de la fabricación avanzada.
El compromiso de nuestro ecosistema industrial es claro para seguir incrementado su relevancia y el nivel de competitividad en esta nueva era del conocimiento, interiorizando con rapidez las nuevas oportunidades de la Industria 4.0 y pasando a la acción para generar riqueza industrial y empleo de alto valor añadido.
Según Borja Arenaza, Responsable de Fabricación Avanzada de Sisteplant, el proceso de transformación necesario exige la definición de una hoja de ruta detallada en la que deben considerarse aspectos de organización, tecnologías de fabricación, personas y TICs avanzadas. En este sentido, desde la Compañía se plantea un modelo integral que debe actuar sobre las palancas clave:
Un reciente estudio realizado por Sisteplant muestra el nivel de madurez de las organizaciones en su transformación hacia esta nueva aspiración. Se identifican tres pelotones de carrera claramente diferenciados, donde únicamente una tercera parte de las organizaciones están activamente emprendiendo proyectos formales e integrales de transformación hacia escenarios de fabricación avanzada.
Respecto a los ejes que evidencian menor grado de evolución, estos corresponden a los menos desarrollados tradicionalmente: Fábrica Inteligente, Humana y Digital. Aunque no debe sorprender esta realidad, sí debe impulsarnos a la acción puesto que se trata de los tres ejes que más pueden marcar la diferencia en el nuevo escenario competitivo de las próximas décadas.
Los ratios operativos obtenidos por las empresas más dinámicas superan en un 24% a los alcanzados por las que aún permanecen en las etapas iniciales de vigilancia
Asimismo, se demuestra que la puesta en marcha de iniciativas 4.0 aporta resultados tangibles en mejora de competitividad. Según Arenaza, los ratios operativos obtenidos por las empresas más dinámicas superan en un 24% a los alcanzados por las empresas que aún permanecen en las etapas iniciales de vigilancia.
Ello convierte en una necesidad, según el experto de Sisteplant, la definición de una hoja de ruta detallada que aborde el proceso de transformación de una manera controlada; una hoja de ruta que cumpla las siguientes premisas: