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Liderazgo y trabajo en equipo: cómo conseguir que convivan en tu empresa

Hasta no hace mucho tiempo, la figura del jefe duro y exigente era lo más habitual a la hora de llevar el negocio. Hoy esta cuestión ha cambiado tanto que se han introducido elementos como la flexibilidad. Para llevarla a cabo se ha hecho hincapié en el liderazgo y trabajo en equipo. Estos dos conceptos pueden cambiar por completo la concepción de una empresa y conducirla al éxito.

Las habilidades directivas

Tal y como se expone al principio, durante años se ha tenido la costumbre de dirigir las empresas con mano férrea. Los jefes mandaban y el resto obedecía órdenes sin cuestionar nada de cuanto el director ordenaba.

El paso del tiempo y las nuevas concepciones empresariales han dado un vuelco a la forma en que se trabaja. Las organizaciones alaban ahora las habilidades directivas que pueda tener un candidato para liderar un equipo de trabajo.

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Qué son las habilidades directivas

Se trata de un conjunto de técnicas aprendidas y asumidas por una persona. Estas capacidades y conocimientos facultan a líderes y gerentes para conseguir el máximo rendimiento de los trabajadores.

También cambian la forma de trabajar. Los jefes con dotes para la nueva manera de dirigir suelen preferir la formación de equipos y la evaluación del trabajo por proyectos.

Una nueva etapa

Este sistema está acabando con una etapa en la que la cultura presencialista y paternalista del jefe no daba opción para que el empleado pudiera realizar aportaciones.

Ahora ha llegado el momento de mejorar la comunicación dentro de la empresa, sobre todo entre integrantes de un grupo de trabajo. El líder los comanda. Es capaz de sacar partido a los aspectos más positivos de cada integrante del equipo. Asigna las labores en función de sus capacidades. Entra en juego la motivación y se tienen en cuenta las opiniones del trabajador.

Habilidades fundamentales

En este nuevo escenario, las empresas solicitan perfiles muy preparados. A la vez resulta imprescindible que la persona elegida para dirigir equipos de trabajo aporte sus cualidades.

Una de las habilidades más perseguidas por las compañías es la capacidad de liderazgo para motivar a los empleados. Debe ser capaz de dar ejemplo y conseguir que el equipo de trabajo funcione como un engranaje perfecto capaz de conseguir metas y objetivos concretos.

La resolución de conflictos

El líder no solo tiene que ser capaz de motivar. El día a día puede provocar roces y colisiones. La persona encargada de liderar debe saber cómo lidiar con estas situaciones. Es importante que, en este campo, se cuente con una persona resolutiva.

Aquí entra en juego la necesidad de que el líder sepa gestionar las emociones. Además, tendrá que saber escuchar y encontrar las soluciones necesarias para eliminar las asperezas. El equipo no puede permitirse el lujo de romperse si se desea que trabaje en pos de la productividad.

La gestión de equipos

Evidentemente, gestionar a los equipos de trabajo debe ser una de las cualidades preferentes del perfil de un líder. Hay que conseguir que se estimule la sensación de equipo. El compañerismo resulta fundamental para un funcionamiento correcto. De ello depende la consecución de objetivos.

La persona al frente tiene que saber debatir con los distintos perfiles. Resulta imprescindible saber delegar e instaurar roles. En definitiva, nada tan importante como conseguir un equipo armónico que trabaja codo con codo. Para ello hay que saber diseñar una estrategia de motivación que trate a todos los empleados por igual, de forma que nadie se sienta desplazado.

La inteligencia social

Llegamos a una cualidad básica. Es preciso que dentro del paquete de habilidades directivas, el líder sea capaz de mostrar comprensión y sea sensible a los problemas de sus trabajadores. Es necesario tener cierto don que permita una buena interactuación con los empleados, para caerles bien y conseguir de ellos un buen grado de cooperación.

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El líder y la visión de la empresa

Para ejercer el liderazgo es necesario que la persona seleccionada sea capaz de comprender qué hace la empresa. Resulta imprescindible para poder trazar una estrategia de trabajo eficaz y eficiente. Su conocimiento de los fines de la empresa debe permitirle saber anticiparse a los problemas. De esta manera se aporta seguridad a la hora de definir las tareas que traerán el éxito al negocio.

Su visión, también del futuro, debe ser clara. Tiene que saber comunicarla a todos los departamentos y empleados que están a su mando. Es la única manera que tiene de que esa visión se traduzca en casos de éxito.

La gestión del talento

De nada serviría todo lo anterior si el liderazgo recayera en manos de alguien con poca capacidad para gestionar el talento humano. Saber quién es y en qué destaca cada componente del equipo resulta fundamental para el avance de la empresa. Es la manera de aprovechar este recurso lo que puede diferenciar a una empresa de su competencia.

Por lo tanto, el líder ha de ser capaz de identificar el talento y la destreza de cada miembro del grupo de trabajo. Potenciarlos es una de sus funciones principales. Debe aprovechar cada cualidad del equipo para obtener frutos.

El feedback

No basta con poner a trabajar al equipo. Es cierto que la cultura del líder se basa en un aspecto fundamental: el de que le sigan. Hay que conseguir que los empleados tengan la suficiente confianza como para abandonar una postura individualista e integrarse en el equipo.

No obstante, una manera muy eficaz de mantener la unión del grupo de trabajo es el feedback. Es bueno que la persona que ejerce el liderazgo devuelva información relevante al equipo. Cómo van las cosas, qué aspectos han salido reforzados, cuáles son los pasos que han generado más beneficios al proyecto… incluso cuál ha sido el grado de incidencia del trabajo para la empresa y el de satisfacción del cliente. De este modo, el equipo estará permanente al tanto de sus progresos. Serán estimulados por los casos de éxito y seguirán manteniendo la cohesión.

Está claro que contar con un buen líder es imprescindible para una empresa del siglo XXI. Liderazgo y trabajo en equipo son los pilares de un negocio de éxito.

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