Medir el progreso de los equipos resulta clave para conocer el alcance del rendimiento sobre la actividad empresarial. En este escenario, la metodología OKR (objectives and key results), basada en el análisis de objetivos y resultados clave, es uno de los sistemas más efectivos para dar seguimiento a los procesos productivos. En este post profundizaremos en este sistema que cada vez están implementando más empresas.
La metodología OKR es la última tendencia que toda empresa quiere y debe aplicar
Se trata de una metodología de gestión de trabajo, cuya finalidad es establecer metas ambiciosas a través de objetivos mediante la medición de manera cuantitativa y cualitativa del progreso y resultados. La metodología OKR (Objectives and Key Results), desarrollada por Andrew Grove y popularizada por John Doerr, se presenta como una estrategia efectiva y eficiente. Esta técnica no solo ayuda a definir objetivos, sino que también garantiza que estos sean realmente importantes y medibles. En la actualidad muchas empresas optan por combinarla con la metodología Scrum para aumentar su efectividad.
El método OKR permite optimizar el rendimiento de los empleados y fue creado precisamente para tener claro cuáles son los objetivos de una compañía cuando el volumen de trabajo es muy alto. De hecho todas las organizaciones deberían tener definidos los objetivos que orienten su desarrollo.
Al implementar la metodología OKR, las empresas pueden establecer una conexión directa entre los objetivos estratégicos diarios y la visión a largo plazo de la organización. Este enfoque ayuda a clarificar qué es clave de rendimiento y cómo las acciones diarias contribuyen a los objetivos de la empresa.
La metodología OKR anima a las compañías a definir objetivos que no solo sean ambiciosos, sino también alcanzables y medibles, siguiendo un principio similar al de los objetivos SMART. Esto permite a las organizaciones que implementan esta metodología crear un marco donde los objetivos se establecen claramente, promoviendo un sentido de dirección y foco en lo que es realmente importante.
La utilidad del sistema OKR se ha confirmado tanto en empresas emergentes como en grandes compañías. De hecho, la metodología OKR se empezó a aplicar por empresas como Google. La dinámica consiste en que empleados y empresas se marquen unos objetivos para alcanzar unos resultados clave. Te explicamos cómo implementar los OKR para impulsar las organizaciones.
Los OKR comparten características con los KPIs e incluso con las metas que se fijan las empresas, pero hay algunas diferencias que podemos destacar. Existen varios tipos de KPIs que pueden arrojarnos datos que nos sirven para establecer OKRs. Asimismo, con los OKRs se plantea una meta y, a la vez, una forma de medir el desempeño de la organización en su logro.
Señala Brett Knowles que una forma de distinguir a los KPIs de los OKRs es “preguntarse si la métrica es una medida o un resultado”. Y esto se debe a que los KPIs se enfocan en medir el rendimiento en el trabajo y los OKRs monitorizan los objetivos.
Señala Brett Knowles, que una forma de distinguir a los KPIs de los OKRs es preguntarse si la métrica es una medida o un resultado
Son muchos los beneficios que surgen de aplicar OKR, desde un fortalecimiento de la estructura global que le proporciona escalabilidad a la empresa, a la creación de un sentimiento común de compromiso, por parte de los equipos, para el logro de los objetivos. Algunos de estos beneficios que interceden de forma directa en la productividad de la organización son:
La creación de metas es la fase previa al establecimiento de los objetivos. Tienen que ser metas ágiles, ambiciosas y realistas. De nada sirve no llegar nunca a ningún objetivo o alcanzarlos siempre al 100%. Las metas ágiles permiten adaptarnos a ciclos más cortos, por ejemplo periodos trimestrales. Priorizar hacia objetivos concretos nos ayudará a evitar dispersiones y a que todo el equipo tenga conocimiento de las metas establecidas.
Cuando un equipo conoce a la perfección los objetivos de un proyecto este sabe orientarse hacia ellos y poner el foco en lo que verdaderamente importa. Las metas contribuyen a aumentar el foco de atención. Y en este sentido los OKRs inducen a priorizar los resultados para alcanzar las metas establecidas: es preferible no atacar muchos frentes a la vez y buscar la mejor manera de enfocar a todo el equipo en la misma dirección.
Los resultados no siempre van ligados al esfuerzo que lleva a cabo la plantilla para alcanzar los objetivos. Promover una cultura de resultados entre los empleados es imprescindible para que se sientan partícipes e integrados en cada una de las metas y estrategias que se elaboran para llegar a objetivos. Es importante que cada persona conozca cuál es su función dentro del organigrama para alcanzar los resultados.
La metodología OKR exige que la creación de metas y objetivos se lleve a cabo a través de procesos prácticos y sencillos. Es la manera de emplear menos tiempo y recursos para lograr resultados.
Los OKRs deben estar alineados y disponibles para todo el equipo de trabajo. Esta transparencia permite identificar cualquier contradicción o inconsistencia, favoreciendo su resolución con agilidad y manteniendo a los equipos en un papel más participativo.
Esta metodología permite diseñar OKRs de largo plazo y corto plazo. De largo plazo se consideran aquellos objetivos que se diseñan desde la Dirección y que se trabajan de forma anual. Los de corto plazo son diseñados para mandos intermedios y sus equipos y suelen medirse cada tres meses.
Por otro lado, los resultados pueden medirse con una frecuencia aún mayor, por ejemplo, semanal, para así entender con más practicidad el desempeño y el alcance del objetivo.
La inserción de esta metodología en la organización conlleva una serie de buenas prácticas. Algunas de ellas son:
Establecer metas genéricas y muy retadoras a tres meses vista y vincularlas a resultados fácilmente cuantificables es el objetivo de la metodología OKR: una metodología práctica, sencilla, que facilita la orientación a resultados. La definición de objetivos y resultados clave, así como su medición, son herramientas muy poderosas para las empresas porque nos guían en la toma de decisiones y nos ayudan a llevar a cabo acciones predictivas y correctivas.
En resumen, los OKR ofrecen una manera estructurada y eficaz de corregir y alinear los objetivos dentro de una empresa, asegurando que todos los niveles de la organización trabajen hacia metas comunes y medibles. Este enfoque no solo mejora la gestión empresarial, sino que también fomenta una cultura de rendimiento y mejora continua, crucial para el éxito en el dinámico mundo empresarial de hoy. ¿Dispuesto a poner en práctica esta metodología en tu organización?