Nos adentramos en un mundo tecnológico donde la convergencia es la nueva norma. Todas las tendencias ‘tech’ de los últimos años comienzan a instaurarse en nuestra vida cotidiana y empresarial, confluyendo en nuevas y apasionantes formas de relacionarnos con el mundo digital. Prueba de ello es la conocida como realidad extendida, que engloba tecnologías como la realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR) y la realidad mixta (MR), que, combinadas, abren nuevas dimensiones de interacción.
Ya no se trata solo de ver una pantalla, sino de sumergirse en experiencias que integran lo físico y lo virtual. Desde la medicina hasta el marketing, pasando por la formación o el turismo, la realidad extendida está redefiniendo cómo percibimos, aprendemos y nos comunicamos en el mundo digital.
La realidad extendida, también conocida como realidad extendida XR por sus siglas en inglés (Extended Reality), es un término paraguas que abarca todas aquellas tecnologías inmersivas que combinan el mundo real con elementos virtuales en mayor o menor grado.
Para poder comprenderla en toda su extensión, resulta imprescindible diferenciar entre la realidad virtual, que genera entornos completamente simulados digitalmente, y que no guardan relación alguna con el mundo físico; la realidad aumentada, que superpone información visual digital sobre el mundo físico; y la realidad mixta, que permite la interacción entre objetos virtuales y reales en tiempo real.
Más que una moda, la realidad extendida se consolida como una tendencia tecnológica en expansión. Su desarrollo va de la mano con los avances en conectividad, inteligencia artificial y dispositivos más accesibles; alcanzando nuevas fronteras digitales. Hoy, sus aplicaciones prácticas crecen a gran velocidad en sectores como la salud, la industria, la formación o el entretenimiento; generando nuevos consumidores, nuevos mercados y nuevas interacciones que no deben pasar desapercibidas por las empresas.
La forma en que nos relacionamos con lo digital ya no es la misma. Gracias a la realidad extendida, los usuarios no solo consumen información, sino que la viven, se acercan a ella, interactúan y experimentan. Pero ¿cómo se aplica en la práctica esta tecnología de realidad extendida y qué ventajas tienen para las empresas? Veamos 10 ejemplos:
La realidad extendida permite transformar las aulas en espacios envolventes donde los alumnos pueden explorar el cuerpo humano en 3D, realizar prácticas de laboratorio virtuales o revivir hechos históricos en primera persona. Esta inmersión potencia la retención del conocimiento y hace más atractiva la experiencia de aprendizaje, creando experiencias formativas que eran impensables hace tan solo unos años.
Si hablamos de formación, no podemos dejar de lado a los médicos y personal sanitario; que encuentran en la realidad extendida una gran oportunidad para entrenarse en procedimientos quirúrgicos o situaciones de emergencia sin riesgos reales. Estas simulaciones replican un entorno real hospitalario con gran realismo, mejorando la preparación y reduciendo los errores en la práctica clínica.
El e-commerce se enriquece con la posibilidad de «probar» productos virtualmente sin necesidad de acercarse al establecimiento físico. Con un solo clic o desde la comodidad de sus dispositivos móviles, los usuarios pueden visualizar cómo queda un mueble en su salón o cómo se ve una prenda sin salir de casa, lo que reduce devoluciones y aumenta la confianza en la compra. Este entorno virtual de compra también puede trasladarse al espacio físico de diversas formas, a través de probadores virtuales o entornos de compra gamificados, ganando una mayor retención del público y, en definitiva, aumentando las ventas y generando una mejor experiencia de usuario.
Otra rama profesional muy beneficiada por la realidad extendida es la arquitectura. Los profesionales del diseño pueden crear recorridos interactivos de espacios aún no construidos, volcando los conceptos de un plano de una forma directa y realista. Esto permite tomar decisiones más informadas, detectar errores a tiempo y ofrecer a los clientes una visión clara del resultado final.
Empresas del sector industrial emplean realidad extendida a diario para formar a sus trabajadores en el uso de maquinaria compleja o situaciones de riesgo. Esto permite un aprendizaje práctico sin interrumpir la producción ni poner en peligro la seguridad. Se trata, además, de una herramienta de gran utilidad para el ‘onboarding’ de nuevos empleados para enseñar de forma dinámica, directa y realista.
Los congresos, ferias o conciertos virtuales tuvieron un gran impulso tras la pandemia del coronavirus, con la realidad extendida como gran protagonista. Ahora todos estos eventos pueden celebrarse en entornos virtuales tridimensionales, accesibles desde cualquier parte del mundo. Estas experiencias generan nuevas formas de participación y networking más allá de las limitaciones físicas; generando un sinfín de posibilidades para las empresas del metaverso, aquellas que ven un nuevo mercado en el que expandirse.
Algunas compañías están incorporando avatares y espacios 3D para ofrecer asistencia técnica o comercial de forma más cercana y personalizada a sus clientes. Si se implementa correctamente, esto puede llegar a mejorar la experiencia del usuario a la vez que refuerza la imagen innovadora de la marca.
Gracias a la realidad extendida, es posible visitar lugares remotos, explorar yacimientos arqueológicos o recorrer museos desde casa. Estas soluciones no solo amplían el acceso a la cultura, sino que también contribuyen a la conservación del patrimonio y son una fantástica vía publicitaria y comunicativa.
Las marcas utilizan campañas con diversas tecnologías inmersivas que permiten al consumidor interactuar con el producto o el mensaje de forma emocional e impactante. Se trata de una enorme evolución, que lleva el storytelling publicitario a un nuevo nivel, denominado storyliving. Esta conexión sensorial genera mayor recuerdo y diferenciación frente a la competencia, potenciando el engagement y el posicionamiento de marca.
Volvemos al entorno sanitario, pero esta vez desde la perspectiva del paciente. En este ámbito, la realidad extendida se emplea en programas de rehabilitación que motivan al paciente a través de ejercicios gamificados. También se usa en terapias psicológicas para tratar fobias, trastornos del espectro autista o estrés postraumático.
La realidad extendida no es solo una innovación tecnológica, sino un puente entre el mundo físico y el digital. Está abriendo posibilidades antes impensables en educación, salud, industria y ocio, modificando profundamente la manera en que nos comunicamos, aprendemos y experimentamos de manera más efectiva, sin barreras físicas, y con un nuevo universo comunicativo por explorar. Su desarrollo no solo transformará sectores estratégicos, sino también nuestras expectativas sobre lo que significa interactuar en el entorno digital.
Sin embargo, su implementación no está exenta de desafíos. Se trata de una tecnología con altos costes de desarrollo, que debe implementarse de manera orgánica en las bases comunicativas de la empresa. Las organizaciones que logren superar estas barreras y que integren esta tecnología de forma inteligente, estarán mejor preparadas para liderar una nueva era inmersiva.