Empezó hablándose del Low code o código bajo, pero en poco tiempo se ha popularizado directamente la expresión No code. ¿Qué significa esto? Que muchas empresas ya no necesitan conocimientos de programación para modificar sus softwares, ni siquiera para crear nuevos desarrollos. Muchos hablan de la revolución No code por la capacidad de esta emergente tecnología para cambiar los modos de trabajo, sobre todo en los departamentos de IT.
En resumen, estas plataformas permiten implementar nuevas soluciones sin necesitar escribir líneas y más líneas de códigos. Como si se tratara de un puzle, vamos encajando las diferentes piezas o sumando herramientas en un editor a partir de las necesidades que vayan surgiendo en cada caso. La meta final es reducir al mínimo la programación clásica.
El nuevo sistema No code se propone acabar con el desarrollo de aplicaciones de toda la vida. También quiere dejar atrás los consabidos retrasos y dificultades por la escasez de profesionales con formación en programación. Por último, quiere que nos olvidemos de una vez por todas de esos softwares cerrados de serie que no acaban de ajustarse a lo que necesita cada compañía. Aquí, la personalización es máxima desde el principio.
Un trabajo de ‘The Wall Street Journal’ identificaba ya en 2019 el Low code como una herramienta prioritaria para las empresas. Solo un año más tarde, su uso se expandió, en parte debido a las necesidades provocadas por la pandemia de Covid-19. A finales de 2021, otro trabajo, esta vez de la empresa de investigación de mercados Forrester, consideraba que el 75% de las empresas que creaban aplicaciones web, móviles o de infraestructura utilizaban ya este revolucionario sistema.
En 2019 el Low code se identificaba como una herramienta prioritaria para las empresas. Solo un año más tarde su uso se expandió, en parte debido a las necesidades provocadas por la pandemia
Desde AuraQuantic, fundada en 2002, dejan claro que su plataforma no requiere programación del usuario (aunque permita añadirla). “Basta con dibujar con el editor de AuraQuantic los flujos de procesos y estos quedan inmediatamente listos para su ejecución”, señalan. Además, la plataforma posee capacidades de integración con otros softwares que ya pudieran existir en la empresa del cliente, como SAP, Salesforce o servicios de Inteligencia Artificial de Microsoft “sin que los clientes necesiten escribir una sola línea de código”. En cuanto a su ubicación, también es flexible, pudiéndose implementar en la nube, en las instalaciones o de forma híbrida, según las necesidades arquitectónicas. El lema en este caso es claro: “Proporcionar libertad empresarial para cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento”.
Habría que aclarar que, cuando hablamos de No code, no significa que no exista código. Por supuesto que sigue existiendo, pero la principal novedad y atractivo en este caso es que permanece ‘oculto’ en esa serie de módulos. El que maneja la aplicación en la empresa la adapta a sus necesidades y no tiene por qué saber programar para amoldarla a su día a día. Basta ir eligiendo los elementos que requiere en cada caso e ir uniéndolos.
El No code permite poner en marcha en tres semanas procesos que hubieran requerido con la programación tradicional al menos seis meses
Los resultados saltan a la vista: el No code permite poner en marcha en tres semanas procesos que hubieran requerido con la programación tradicional al menos seis meses. Carlos Galve, socio responsable de Innovación e Inversión Estratégica en NTT Data, explica que, “es posible que, en los próximos años, el Low code y el No code se conviertan en la única solución del sector TI ante una demanda feroz y un avance lento en la generación de nuevos perfiles”.
Para Rajesh Ganesan, presidente de ManageEngine, “en el actual entorno de trabajo híbrido y ‘digital-first’, cada vez más empleados están decidiendo por sí mismos cómo se elegirán, desplegarán y utilizarán sus tecnologías, lo que ha llevado a un aumento en el uso de soluciones de bajo código o sin código (Low code / No code)”. La tendencia la formulan los expertos, pero también, y esto es más importante, la viene corroborando el mercado.
