Ser sostenible ya no es una opción para las organizaciones si quieren ser competitivas. En 2021, el número de compañías asociadas al Pacto Mundial de Naciones Unidas España se incrementó un 20% con respecto al año anterior. Esta adhesión conlleva un cambio en los procesos y formas de trabajar, a través de la inclusión de medidas sostenibles donde la tecnología juega un papel fundamental. Conocer ejemplos de tecnología sostenible contribuye a impulsarlos en las diferentes organizaciones y reducir aspectos tan relevantes como la huella de carbono.
La tecnología sostenible hace referencia a una estructura de soluciones digitales que impulsa resultados en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza. Esta tecnología tiene un gran impacto sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) estipulados por las Naciones Unidas en su agenda 2030.
El objetivo de la tecnología para el desarrollo sostenible es salvaguardar los recursos naturales a lo largo de todas sus etapas. Sus beneficios son diversos y pasan por la optimización del uso de los recursos, contribución a la reducción de la pobreza, aumento de la oferta de empleo o refuerzo de la economía circular, entre otras.
Conocer ejemplos de tecnología sostenible contribuye a impulsarlos en las diferentes organizaciones y reducir aspectos tan relevantes como la huella de carbono
Las tecnologías sostenibles o sustentables son aquellas que buscan no comprometer los recursos naturales en el futuro, utilizando medios como fuente de energía renovables. Algunos ejemplos son tecnologías que usan el biocombustible, la energía solar, eólica o el reciclado, entre otras.
Por otro lado, tecnologías como la IA, el Big Data o el 5G aplicadas a la gestión de recursos, pueden ser un buen aliado para la puesta en marcha de proyectos sostenibles. Algunos ejemplos de tecnología sostenible son:
La nube o cloud computing es una tecnología que permite el almacenamiento ilimitado de datos. Esta solución es una tecnología limpia, que permite eliminar el uso de dispositivos de almacenamiento físicos. Traspasar la información desde un espacio físico a servicios de cloud puede suponer que las emisiones de carbono al medio ambiente disminuyan en un 84%.
Por otro lado, este sistema de almacenaje de la información resulta mucho más seguro, permite una mayor flexibilidad a la hora de trabajar en remoto, agiliza los procesos, aumenta la producción y reduce costes para la compañía, entre otras ventajas.
España ocupa la decimocuarta posición en la adopción de IA, equiparándose al uso de la media europea. Los sectores que más emplean la IA son los de información y comunicaciones (41,9%) y el TIC (41,3%). Estos se corresponden con los que más empresas usan para la analítica de datos (35,2% en el TIC y 34,7% en el de información y comunicaciones).
El uso de esta tecnología se está expandiendo entre las organizaciones de nuestro país. Su capacidad para analizar y procesar información supone un ahorro en el uso de dispositivos, recursos y materiales. Además, la capacidad de esta tecnología para aprender de la interacción, supone también un aumento de los niveles de productividad.
Aunque buena parte de los trámites burocráticos todavía han de realizarse en físico, el uso de la firma electrónica va ganando cada vez mayor terreno. Se calcula que por cada transacción realizada con este método, se evita el consumo de tres folios de papel de media. Si, además, tenemos en cuenta que cada árbol absorbe entre 10 y 30 kilos de CO2 por año, la reducción de emisiones se estimaría entre 500.000 y 1.500.000 kilos al año.
Esta tecnología no solo supone un importante ahorro de emisiones, sino que permite acelerar los flujos de trabajo al agregarle movilidad, capacidad de respuesta e inmediatez de los procesos.
Entre las ventajas del 5G se encuentran la capacidad de aumentar la velocidad de conexión, la mejora del ancho de banda y la mayor seguridad. Si bien, una de las principales ventajas de esta tecnología es la reducción del consumo energético. Se estima que el 5G reduce el consumo energético de los dispositivos y permite una mayor durabilidad de la batería, extendiendo su vida útil.
La huella de carbono es un indicador ambiental cada vez más utilizado que mide la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos, de forma directa o indirecta, por un individuo, una organización, un evento o un producto. Se estima que la huella ecológica actual de cada ser humano es de 2,7 hectáreas. Sin embargo, nuestro planeta solo podría otorgar en la actualidad 1,7 hectáreas a cada persona.
Calcular la huella ecológica de una empresa es imprescindible a la hora de elaborar un plan que facilite la reducción de emisiones al medio ambiente. En estos últimos años, las organizaciones están apostando por el uso de sistemas de energía renovable para climatización y calefacción, regulando la temperatura de los mismos por medio de termostatos. Además, es fundamental el uso de sistemas de iluminación y climatización de bajo consumo e implantar un sistema de eficiencia energética adecuado.
En la actualidad, las baterías para almacenar energía son o muy caras o muy voluminosas. El desarrollo de mejores y más asequibles sistemas de autoconsumo tendrán un gran impacto en la sociedad. El objetivo pasa porque estas nuevas baterías permitirán que no se vuelque tanta energía a la red en momentos de gran producción y menor necesidad. Por el contrario, la idea es que se puedan utilizar en momentos de mayor demanda y precio.
La capacidad fotovoltaica instalada en el mundo se situaba al cierre de 2021 en 940 GW, la Agencia Internacional de la Energía prevé que para 2040 se haya multiplicado por seis, hasta superar los 3000 GW (e incluso los 4.800 MW en su escenario más sostenible).
Esta tecnología sostenible tiene diferentes beneficios: no es contaminante, es inagotable y se renueva, no emite gases de efecto invernadero y es más barata que las energías convencionales.
La ONU calcula que en el 2030 un total de 120 países estarán sometidos a los que se denomina estrés hídrico extremo y esto significa que más de la mitad de la población mundial estará afectada por problemas de disponibilidad de agua potable.
Tecnologías como la IA, el 5G o los gemelos digitales son algunos ejemplos de tecnologías que, aplicadas a la gestión del agua, pueden ser de gran ayuda para la medición y gestión de este recurso.
La apuesta por el hidrógeno verde pasa por eliminar las emisiones de los sistemas actuales de producción de hidrógeno. Si bien, para la Unión Europea, el objetivo va más allá y es visto como una forma de reemplazar los combustibles fósiles sin cambiar el sistema de transporte ni el productivo y, al mismo tiempo, un vector en el que almacenar la electricidad de fuentes renovables.
No obstante, existen diferentes inconvenientes en su uso tales como su densidad, por lo que es casi imposible evitar fugas, o su conservación. Es tan inflamable que, para mantenerlo líquido, se necesitan temperaturas muy bajas.
Como afirmaba Urbano Troncoso, especialista en proyectos de hidrógeno verde de Santander Corporate & Investment Banking (Santander CIB), en una entrevista para APD, “el hidrógeno verde se está consolidando como una herramienta de descarbonización y como una de las principales alternativas a los combustibles fósiles en algunas aplicaciones difíciles de electrificar”.
Estos son algunos ejemplos de tecnología sostenible, cuya adopción supone diferentes beneficios y ventajas tales como:
La tecnología sostenible es cada vez más importante en la sociedad. Promover su uso e implantación requiere de un esfuerzo por parte de los diferentes actores: gobiernos, empresas y personas. Como se ha podido ver, la aplicación de tecnologías verdes no solo son beneficiosas para el medio ambiente, sino que también supone un ahorro de costes para el negocio.
Además, la tecnología sostenible abarca diferentes sectores, desde la energía renovable hasta la eficiencia energética, el reciclaje o el transporte limpio. Su uso será fundamental para conseguir un futuro más sostenible.
