En 2021, NFT fue la palabra del año en el Reino Unido. Aunque sólo llevan en el mercado desde 2014, no ha sido hasta hace poco que estos activos digitales han recibido una gran atención pública y mediática, convirtiéndose en el tema del momento en el mundo digital y de los criptoactivos. Pero, ¿qué es un NFT? ¿Por qué este revuelo por algo todavía tan nuevo y desconocido?
Bill Gates hablaba en junio de 2022 de esta nueva tendencia como algo sin utilidad alguna, “100% basada en la teoría del más tonto”. No obstante, los NFT han producido un fenómeno de lo más interesante al conseguir atraer el interés público al mercado del arte. Aquellas personas que entraron en el mundo del coleccionismo exclusivamente por el arte digital, ahora también se han visto totalmente inmersas en el arte físico. Es decir, no es que se haya reemplazado uno por otro, sino que se ha añadido una dimensión más. Sin embargo, este es solo uno de los ámbitos donde podemos encontrarnos con los NFT. ¿Dónde más podemos verlos y por qué son tan populares?
Los NFT son las abreviaturas o siglas en inglés de tokens no fungibles (Non-Fungible Tokens). Para comprender exactamente qué significa este nuevo concepto que no deja de mencionarse en el mercado bursátil, debemos desgranar el término en sí. En primer lugar, ¿qué significa fungible? Algo que puede reemplazarse fácilmente, por ejemplo, un billete de cinco euros. Por el contrario, el primer billete jamás impreso no es fungible, ya que el hecho de ser el primero lo hace único y, por tanto, más valioso. ¿Y tokens a qué hace referencia? Son archivos con información ubicada en línea en el servidor descentralizado conocido como blockchain.
Así pues, tokens no fungibles son archivos digitales encriptados basados en el blockchain de Ethereum. Siempre representan algo único; desde arte digital, música, videoclips, videojuegos, hasta incluso tweets. La primera publicación en Twitter del co-fundador y CEO de la red social, Jack Dorsey, se convirtió en NFT, llegándose a vender por la asombrosa suma de 2,9 millones de dólares.
Uno de los casos más notorios y exitosos de NFT es el del Bored Ape Yacht Club (BAYC). Una colección de simios generados mediante un algoritmo aleatorio que, como su nombre indica, tienen caras poco amigables. Según sus creadores –Yuga Labs–, existen aproximadamente 10.000 modelos únicos, con un valor de 446.000 Ethereum, lo que representa un total de 1.4 billones de dólares.
En 2017 se vendían cada semana en todo el mundo unos 100 NFT. Hoy en día, las ventas oscilan entre los 15.000 y 50.000 semanales, lo que significa que las compras han aumentado un 131% entre 2020 y 2021.
Para explicarlo de la forma más sencilla posible, los NFT son “trocitos de Internet que se venden”. Productos intangibles que cotizan en el mercado y que se compran fundamentalmente con criptomonedas. Algo muy característico de estos criptoactivos es que la tecnología blockchain permite que el propietario de ese NFT pueda validar que solo él es el autor del mismo y así obtener beneficios cada vez que sea vendido. Esto los hace todavía más prestigiosos, así que recuerda: si estás pensando en invertir en blockchain a través de NFT, estos solamente pueden tener un dueño a la vez.
Los NFT son “trocitos de Internet que se venden”. Productos intangibles que cotizan en el mercado y que se compran fundamentalmente con criptomonedas.
Ahora bien, ¿quiénes están comprando estos NFT? Hablamos principalmente de nativos digitales, nuevos empresarios de startups tecnológicas, coleccionistas y, en algunos casos, especuladores de la red.
Por lo general, la mayoría de los NFT trabajan y están basados en los estándares de Ethereum blockchain. Sin embargo, cada vez más redes como Cardano y Solana están haciendo incursiones en el ámbito de los NFT. Ethereum es la segunda criptomoneda más grande por capitalización de mercado y se utiliza para adquirir estos activos digitales. ¿Y cómo funciona esta cadena de bloques? A cada NFT se le programa lo que se denomina un smart contract o contrato inteligente; una especie de certificado digital de autenticidad en el que se encuentra toda la información de la pieza adquirida, así como las adquisiciones que se hayan realizado, su autor, el valor de partida y la garantía de su autenticidad. Con este tipo de tecnología cada transacción queda registrada en diferentes bases de datos, ya que está descentralizada.
Dichas transacciones se realizan de un propietario a otro mediante la tecnología blockchain, que crea un rastro digital del vendedor al comprador y, seguidamente, se verifica el intercambio. Esto codifica los derechos de propiedad únicos del comprador al nuevo propietario de ese NFT.
La principal razón por la que se emplea la plataforma Ethereum para crear tokens es por su capacidad de ejecutar los smart contracts. A través de blockchain, permite realizar operaciones seguras, eficientes y sin intermediación. Los tokens creados en Ethereum generalmente se conocen como tokens ERC-20, como por ejemplo Tether.
A cada NFT se le programa lo que se denomina un smart contract o contrato inteligente; una especie de certificado digital de autenticidad en el que se encuentra toda la información de la pieza adquirida
Aun así, muchos se seguirán preguntando dónde comprar estos NFT. A día de hoy, el principal marketplace es OpenSea, que cuenta con más de 150 tokens de pago disponibles y acumula miles de millones de dólares cada mes en el volumen de comercio. Aunque está construido en la red de Ethereum, también soporta otras blockchains de manera cruzada con ésta, como pueden ser Polygon y Klatyn.
Los NFT se han convertido en todo un atractivo en el ámbito de las inversiones, pero es importante no confundirlos con las criptomonedas. La principal diferencia radica en el aspecto no fungible de estos tokens. Son objetos digitales que no pueden cambiarse, reemplazarse o intercambiarse por otros, gracias a la singularidad que cada uno de ellos tienen en el blockchain. Esto quiere decir que cada NFT es un artículo único en su tipo, lo que contrasta con las criptomonedas. El Bitcoin, como su propio nombre indica, es una moneda virtual fungible, divisible y portátil, que puede canjearse, venderse y comercializarse por piezas. Mientras tanto, los NFT son únicos, indivisibles, transferibles, escasos y exclusivos.
Los NFT y los metaversos están estrechamente interconectados. Aunque todavía es un concepto relativamente nuevo, los juegos de NFT son cada vez más populares entre los consumidores de videojuegos y los usuarios de criptomonedas. Tanto es así, que todas las colecciones de NFT de IGO – Oferta Inicial de Juegos – se han vendido en su totalidad.
Si un metaverso lo entendemos como un entorno digital que opera en la cadena de bloques, donde tecnologías como la realidad virtual y aumentada actúan como proveedores de componentes visuales, los NFT constituyen el puente hacia esos universos en 3D. Facilitan la identidad, la comunidad y las experiencias sociales en los metaversos, de tal forma que son capaces de alterar los paradigmas tradicionales de interacción, socialización y transacción entre sus usuarios. Los avatares de NFT, por ejemplo, dan total libertad para que los jugadores construyan unas identidades virtuales que representen su “yo” real o imaginario.
Pese a que los metaversos todavía se encuentran en las primeras fases de desarrollo, son una de las mayores apuestas de los inversores de cara a los próximos años, tal y como puedes leer en el White Paper de APD y Vodafone Business ‘Ordenando el metaverso’. Los metaversos junto con los NFT ofrecen numerosas oportunidades sociales y financieras, así como nuevas formas de jugar, interactuar, reunirse y hacer transacciones.
Ahora bien, ¿cuál es el verdadero valor detrás de los NFT? ¿Forma parte de una burbuja creada por la exageración? Lo que sí es cierto es que, gracias a que el mundo se ha digitalizado en los últimos años, los NFT están eliminando la barrera de la distancia. Cualquier persona puede diseñar su propio arte y ser apreciado financieramente sin importar el país de donde provenga. El sector del coleccionismo está evolucionando y, ahora, en lugar de ir a subastas, más personas se inclinan por comprar productos en línea, incluidas obras de arte digitales.
El camino de los NFT no ha hecho más que empezar. Lleno de interrogantes e inestable por las controvertidas criptomonedas, es cuestión de tiempo ver si los NFT se consolidan en el mercado financiero, o si acaban siendo otra gran burbuja de esas que están destinadas a romperse.
