A raíz de la pandemia, nos hemos instalado en distintos escenarios laborales y otros modos y métodos de llevar a cabo la actividad profesional. El teletrabajo se lleva todo el protagonismo en esta nueva realidad y sobre esta posibilidad de trabajar desde casa, se adquieren otras prácticas como el trabajo asíncrono, una forma de trabajo en diferido que está revolucionando los modelos y las franjas horarias en los ámbitos profesionales.
Asistimos a una era de transformación sin precedentes marcada por las nuevas tendencias que nos ha dejado el entorno pandémico. En marzo de 2019, con el inicio de la pandemia, el porcentaje de teletrabajadores pasó de un 7,5% a un 48,8%, según datos del INE. Nos hemos hecho expertos en plataformas de video conferencia (solo Zoom tiene un promedio de entre 10 y 200 millones de usuarios diarios) y la inversión en oficinas se redujo un 45% en el tercer trimestre de 2020 en comparación con la del año anterior.
En estos momentos, tejido empresarial busca incansablemente la fórmula para adoptar modelos de trabajo flexibles, mientras la sociedad demanda, por su parte, una apuesta firme por el compromiso y la sostenibilidad. En este contexto emerge el trabajo asíncrono, o, dicho de otro modo, la evolución del teletrabajo.
Esta modalidad de trabajo no lineal permite a los empleados colaborar conjuntamente sin estar en el mismo lugar físico ni cumplir necesariamente el mismo horario. En su lugar, se utilizan herramientas digitales para comunicarse y coordinar sus tareas. Los empleados pueden trabajar en su propio horario y establecer sus propias prioridades. Lo que permite una planificación de tareas más efectiva y una ejecución más eficiente. Esta tendencia laboral en auge permite tanto los empleados como a las compañías aumentar su productividad, eficiencia y flexibilidad.
La transformación de los modelos tradicionales de trabajo hacia el trabajo asíncrono trae consigo la adopción de nuevos procesos, nuevas tecnologías y nuevos hábitos que prometen incrementar la competitividad y la futura rentabilidad de las empresas. De ahí que el 95% de los directivos encuestados en un estudio elaborado por Microsoft, considere clave la adaptación de la forma de trabajo para impulsar la innovación y la flexibilidad, dentro de sus prioridades de transformación empresarial.
El trabajo asíncrono pone como prioridad la eficiencia y eficacia en el trabajo, más que el lugar o el momento en que las tareas laborales sean desarrolladas. A partir de ahí, los beneficios pueden ser muchos y muy decisivos, tanto para los empleados como para las propias organizaciones:
Este tipo de trabajo no lineal permite a los miembros del equipo trabajar en horarios que se adapten a sus necesidades, lo que les permite un mayor equilibro en la conciliación de la vida laboral y personal.
Al permitir que los empleados trabajen en su propio horario y establezcan sus propias prioridades, pueden ser más productivos y eficientes en su trabajo.
Las herramientas y tecnologías utilizadas en el trabajo asíncrono facilitan la comunicación y la colaboración, lo que puede mejorar la calidad del trabajo y la creatividad del equipo.
Este modelo fomenta una comunicación más deliberada y reflexiva, ya que los miembros del equipo tienen tiempo para pensar y preparar sus respuestas antes de comunicarse.
El trabajo asíncrono o no lineal puede reducir el estrés laboral asociado con los plazos y la sobrecarga de tareas, ya que los empleados tienen más control sobre su tiempo y pueden establecer prioridades de forma más efectiva.
Al evitar los desplazamientos diarios y trabajar en horarios más flexibles, los miembros del equipo pueden ahorrar tiempo y dinero en transporte y otros gastos asociados al hecho de acudir a la oficina tradicional.
Además de la posibilidad de atraer talento de cualquier punto geográfico, el trabajo asíncrono permite la colaboración con miembros del equipo de diferentes ubicaciones geográficas y zonas horarias, lo que puede enriquecer la perspectiva y diversidad del equipo.
Está claro que la innovación es una apuesta en firme sobre la que configurar nuevos modelos de organizaciones más colaborativas. El objetivo de esta revolución del trabajo flexible no es otro que impulsar la efectividad de las plantillas a través de la colaboración y la optimización de herramientas y entornos laborales. Estas son algunas de las empresas que están a la vanguardia en modelos de trabajo asíncronos:
Es un grupo internacional de empresas que tiene como ejes principales las personas, los espacios y la tecnología. Abordan proyectos estratégicos de transformación en las áreas de Workplace, Real Estate, Mindset, Education, Hospitality y Healthcare. Desde 2015 han apostado por una forma trabajo híbrida o phygital que combina la modalidad presencial y el teletrabajo. “Trabajamos desde donde queremos porque entendemos que el trabajo es una actividad y no un lugar”, subrayan desde la compañía.
Es una consultora radicada en Madrid que bajo el claim “Personas y Empresas que se gustan”, se dedica a mejorar la Experiencia de Empleado en 3 áreas: Aprendizaje, Endomarketing y Consultoría. Trabajan por objetivos, no por horas.
Trello es un software de gestión y administración de proyectos. Dentro de la compañía se prioriza el trabajo remoto, y los equipos utilizan la herramienta para sus tareas diarias. Desde la organización sostienen que no mantienen reuniones, intercambian pocos correos electrónicos y, siempre que cumplan sus deadlines, no importa dónde estén ni cuándo trabajen. El equipo de contenido indica que esto es posible gracias al sistema de tableros, tarjetas y listas de Trello. La comunicación se produce a través de los comentarios, y el editor y el escritor asignados para cada artículo reciben notificaciones cuando cambia el estado de una tarjeta.
Empresa 100% remota con más de 1300 miembros del equipo repartidos en 65 países. No tienen oficina física. Uno de los subvalores de GitLab es “sesgo hacia la comunicación asincrónica”, y se relaciona con la jornada laboral no lineal. Desde la compañía advierten que la transición al trabajo asincrónico requiere un cambio de mentalidad, «un desaprendizaje completo de lo enseñado sobre cómo se debería trabajar».
Se trata de una compañía encargada de ofrecer sus servicios de automatización y centralización para organizar todas las aplicaciones web en un solo lugar y facilitar el flujo de trabajo. Esta empresa de automatización de tareas utiliza herramientas para permitir que sus empleados trabajen de manera asíncrona desde cualquier lugar del mundo. Los beneficios incluyen una mayor flexibilidad y una comunicación más clara y deliberada entre los miembros del equipo.
La jornada laboral de 8 horas lleva vigente en España desde 1919. El decreto recogía 48 horas semanales repartidas en seis días laborables. Un modelo que se ha extendido, con el paso del tiempo, a la oficina, donde a día de hoy, los trabajadores españoles hacen un promedio de 9 horas y 19 minutos diarias. En el reverso de la moneda, dentro de esta franja horaria, la productividad solo ocuparía una media de 6,5 horas, lo que supone un 30% de pérdida, según datos de WorkMeter.
El trabajo asíncrono ha puesto encima de la mesa que se puede ser productivo sin seguir un horario preestablecido. Este modelo contribuye a que el trabajo pase de estar centrado en la actividad a estarlo en los resultados. Aun así, para garantizar una correcta ejecución sin caer en riesgos como el tecnoestrés, el trabajo no lineal debe ejecutarse en base a un número de horas razonables, respetando la desconexión digital de los trabajadores.
